La jornada que quedó marcada por la victoria de La Libertad Avanza y la cuasi extinción del PRO, fue también para la Ciudad de Buenos Aires el día del récord de abstencionismo para unas elecciones legislativas, superando incluso los registros más bajos de comicios locales.
La participación ciudadana de este domingo 18 de mayo alcanzó apenas el 53,35% del padrón, según datos con el 99,83% de las mesas escrutadas. Esta cifra representa la menor participación electoral registrada en la historia del distrito para este tipo de comicios.
Ni siquiera un día soleado en la capital, luego de intensas lluvias, ni la percibida “nacionalización” de la elección parecieron motivar a los porteños a acercarse a los centros de votación. Este bajo índice en la Ciudad de Buenos Aires se alinea, además, con la tendencia observada una semana atrás en cuatro provincias que desdoblaron sus calendarios electorales, donde también se verificó una baja participación de su electorado: Chaco (52,1%), Salta (58,76%), Jujuy (63%) y San Luis (60,5%).
Hasta el momento, la marca más baja de participación electoral local en la Ciudad de Buenos Aires se remontaba al 24 de junio de 2007. En aquella ocasión, durante el balotaje que consagró a Mauricio Macri como jefe de Gobierno en su primer mandato frente a Daniel Filmus, acudió a las urnas el 68,5% del electorado. Ese registro había sido, hasta ahora, el más bajo desde 1996, año en que CABA celebró sus primeras elecciones en carácter de ciudad autónoma.
En contraste, la elección que mayor convocatoria tuvo en la Ciudad fue la del 27 de octubre de 2019, con un 80,1% de participación. En esa fecha, Horacio Rodríguez Larreta resultó electo para su segundo mandato como jefe de Gobierno, en una jornada que coincidió con la elección presidencial en la que Mauricio Macri buscaba su reelección, resultando finalmente derrotado.
El dato más categórico (y preocupante para la dirigencia política) es que la bajísima participación de este 2025 superó incluso al desencanto y la falta de entusiasmo que se registró en octubre de 2001, dos meses antes del eclipse del gobierno de Fernando de la Rúa.
