El itinerario de las visitas internacionales del Presidente Milei, que tienen más de partidarias y personales que de agenda de gestión oficial, sumó a los ya habituales exabruptos y excesos verbales, un escándalo diplomático con España que tensiona la relación bilateral a niveles inéditos en la historia reciente. Los riesgos en materia de Política Exterior y las implicancias comerciales.
Los argentinos pagamos la Autopromoción y los costos de la torpeza
En la gestión Milei, el límite entre lo público y lo privado es realmente difuso: el presidente actúa a veces como primer mandatario, y la mayor parte como divulgador e influencer un poco anarco capitalista, algo conservador, un poco liberal, y otro poco autopercibido líder mesiánico. Además de tener que pagar todos los argentinos sus viajes de promoción, donde es premiado por distintos Institutos como destacado “liberal” o “embajador de la luz”, en sus viajes relacionados a la influyente comunidad judía Jabad Lubavitch, pagamos los costos políticos de sucesivas torpezas y exabruptos presidenciales.
En la política exterior, este comportamiento de Milei se nota especialmente: fue a EEUU a abrazarse con Trump, en suelo norteamericano que hoy gobierna el demócrata Biden, sin reunirse con él. Invitó a su asunción a Jair Bolsonaro, su amigo, priorizando su presencia, por sobre la presencia de Lula, Presidente de Brasil, nuestro principal socio comercial. Su canciller se manifiesta por los derechos de Taiwán, las islas por las que China reclama soberanía en su concepción de “Una sola China”. Como las Malvinas para nosotros, es un tema muy sensible para el gigante asiático, con un gran poder de daño, si quisiera, sobre nuestra economía, no sólo por la cantidad de exportaciones argentinas con destino allí, sino por los sucesivos SWAPs que nos han otorgado, en nuestras últimas crisis de deuda externa.
En la región, además de Brasil, también hostigó a los presidentes de México y Colombia: A López Obrador lo llamó ignorante, cuando el mexicano osó criticar la política económica implementada por el gobierno Libertario, y con Petro tuvo un exabrupto todavía peor, cuando lo calificó como un “asesino terrorista”, todas descalificaciones que superan un debate o cruce de ideas a la altura de un primer mandatario.
Insultar y debilitar la relación con socios comerciales principales, con países hermanos de la región, se suma a otra regla de oro de la política exterior argentina rota por la administración libertaria, que es la neutralidad y la solidaridad con todos los pueblos del mundo. Su posicionamiento respaldando el avance ilegal de Israel sobre territorio Palestino, y el genocidio sobre los palestinos desde hace décadas, nos coloca fuera de una máxima repetida por Argentina desde la creación del estado de Israel: dos pueblos, dos estados.
En esta oportunidad, la sabida intolerancia a cualquier crítica o cuestionamiento por parte del presidente (venía de algunos cruces verbales con Ministros españoles), estalló con desenfrenada verborragia contra Begoña Gómez, la esposa del presidente español, a la que llamó “mujer corrupta”, en la propia España, en el Congreso Europa Viva 24, organizado por Vox, el partido opositor de “ultraderecha”, que convocó a referentes de distintas “derechas” conservadoras europeas, de cara a las próximas elecciones parlamentarias de la Unión Europea,
La respuesta de España no se hizo esperar, llamando a consultas a la embajadora española en Argentina, la que finalmente fue retirada de manera permanente y exigiendo que el presidente pida disculpas públicas. Las disculpas no sólo no llegaron, sino que irresponsablemente Milei redobló la apuesta, tratando de “cobarde” y de “Pedrito” al presidente español Pedro Sánchez.
Justicia Social y Estado de Bienestar
Las acusaciones rompen con reglas básicas de diplomacia, que incluyen no inmiscuirse en asuntos personales y familiares, y se suman a una confrontación ideológica muy violenta que no sólo apunta a España, sino a toda Europa. Para Milei, el Estado de Bienestar europeo es una representación de la Justicia Social a la que aborrece, es herencia “comunista” y “colectivismo” que hay que destruir, por eso su admiración por Margaret Tatcher, quien llevó las reformas neoliberales más profundas a Inglaterra, además de ser una criminal de guerra.
Milei parece hablarle al mundo perdido de la Guerra Fría, pero en realidad ataca, en términos de política económica y social, al rol del estado como garante de la Justica Social. En Europa, el Estado de Bienestar, mal que mal, se sostiene y funciona, aunque cada vez más en crisis, más allá de las distintas posturas ideológicas de los gobiernos. Hay, además, un cierto consenso progresista dominante, que casi nadie discute. En España, gobierna el Partido Socialista de España (PSOE), pero este consenso europeo, hace que las acusaciones de “socialismo” como sinónimo de muerte y corrupción, caigan muy mal en toda la Unión Europea.
Así lo manifestó en un comunicado oficial el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el catalán Josep Borrell, quien salió a respaldar al Gobierno Español en su pedido de disculpas: “La libertad política, la prosperidad, la cohesión social basada en la redistribución fiscal y el respeto en el debate público son pilares de la UE. Los ataques contra familiares de líderes políticos no tienen lugar en nuestra cultura: los condenamos y rechazamos, especialmente cuando provienen de socios”.
Preocupación y desmarque de las grandes empresas españolas
Pero el revuelo superó las esferas de la diplomacia y la política, llegando a los negocios y concretamente a las empresas españolas que tienen inversiones directas en la Argentina. España es el primer inversor europeo y el segundo a nivel mundial en nuestro país, donde juega con algunos de sus unicornios de mayor peso, como es el caso de los Bancos Santander, BBVA, el grupo Telefónica, Iberia o la energética Naturgy. Suman una inversión directa de 18.000 millones de euros, que benefician en generación de puestos de trabajo y desarrollo de entramado PYME.
Además, España tiene voto en el Fondo Monetario Internacional, donde se discuten las renegociaciones de nuestra deuda externa y también en la Unión Europea, donde siempre ha acompañado las posturas argentinas de soberanía sobre las Islas Malvinas.
La incomodidad para las empresas con inversiones en la Argentina se hizo evidente, ya en la reunión previa sostenida por Milei con empresarios españoles, algunas de las más importantes empresas no asistieron o enviaron segundas o terceras líneas, incómodos por la ausencia de reuniones oficiales del mandatario argentino, y la escalada verbal de los días previos con el PSOE. Más aún, luego del exabrupto, se plegaron todas con sendos comunicados y declaraciones a la postura de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que rechazó las acusaciones de Milei y se desmarcó de cualquier apoyo político.
En política internacional, los países y sus máximos representantes deben moverse pensando siempre en el interés nacional, pero además en los países con una economía fuerte y con solidez internacional hay un entendimiento entre los estados y sus principales empresas: ¡así funciona el capitalismo!
En un momento donde el Presidente Milei pretende acercar grandes inversiones, este tipo de acciones demuestran poca seriedad, inestabilidad y mucha torpeza, elementos que socavan la tan mentada “seguridad jurídica”. Este es un gobierno sobregirado en todo sentido ¿Qué garantías pueden tenerse con un liderazgo y una política tan inestable, que hace de la desmesura una marca registrada?
