Es un deja vu. Algo que nos parece haber vivido antes, no sé, tal vez en un sueño, en una siesta calurosa. Leemos las noticias en el celular. Ya casi nadie usa el papel hoy por hoy. Y es como repetir las noticias antiguas. Les digo más. A mí me recuerda a ese período entre fines del menemismo y también fines del proyecto de la alianza. Abríamos los diarios, entonces sí había papel. Y los pedidos de trabajadores se iban achicando.
Es más, yo buscaba trabajo por entonces. Y a las dos semanas me di cuenta de la triste realidad de que eran los mismos anuncios que se repetían. Yo creo que los repetían para no aparecer con las páginas vacías. Pero más que cosas o eventos completos, muestras que uno pudiera traer del pasado lo que siento hoy es la misma desesperanza que comienza a ganar la calle. Es como una neblina imperceptible, cierto? Ese mug que frena las cosas, las empantana.
Pero más que cosas o eventos completos, muestras que uno pudiera traer del pasado lo que siento hoy es la misma desesperanza que comienza a ganar la calle. Es como una neblina imperceptible, cierto? Es mug que frena las cosas, las empantana. Todo sucede a menor ritmo. Es muy indefinido. Disculpe mi imprecisión. Diría que incluso tiene sonido. Es grave y apenas alcanza laudible, pero te acompaña a donde vas. Es como si todo el mundo estuviera esperando que suceda algo que no sucede.
Y todos están esperando. Los almacenes, los taxis, los amigos profesionales, la gente en los barrios, en las obras y todo el resto. Ya se dio por enterado que este experimento es eso. Un experimento donde somos lauchas de un desquiciado. Y bueno, algunos podrán haber decidido que era necesario experimentar algo nuevo, original, medio loco incluso. Pero ahora que las promesas no se cumplen y el camino a recorrer no es un sendero nuevo, sino uno trillado por varias gestiones liberales, los que tienen hijos o nietos, comienzan a mirarlos algo preocupados.
El futuro es más que oscuro con este personaje lunático. Para algunos era esperable que esto sucediera, porque claro, la primer ministra británica, Liz Trout, que defendía los mismos ideales que Javier Gerardo Milay, salió expulsada de lo que llaman ellos, Down in Street, su casa de gobierno en 44 días.
El pueblo no aguantó más tamaña empavada, pero evidentemente acá la mayoría no. Ahora que sabemos que su proyecto es entregar la Argentina a los grandes inversores internacionales, a través de esta ley que ahora llaman de bases y que tiene un componente que llama RIGI, que les da mejores condiciones al extranjero que al local y sin nada cambio.
Ya lo sabemos. Vinieron a romper con décadas de seguridad social, de salud pública o derechos laborales arrancados a sangre y fuego a los patrones de entonces. Ahora que sabemos, fehacientemente, que no le importan los empresarios locales, solo los globales, a los que les otorga beneficios sobre los nuestros, ahora ya está. Ahora que sabemos fehacientemente que no es el pueblo lo que le preocupa, si no su desarrollo y su presencia internacional. Ahora ya esta, ya fue suficiente, por esos paramos todos… por eso paramos todo. La Ley bases no deben pasar y los senadores no deben hacerlo mismo que los traidores diputados que apostaron diciendo le vamos a dar las herramientas y cuando en realidad le estaban dando armas. Debe ser rechazadas por las dos terceras partes y mandarla guardar. ¿ y después?, me pregunta un amigo. Después vemos , una cosa por vez.
Por Félix González
