En Libertador San Martín, los despedidos de la empresa Ledesma y sus familias pasarán Nochebuena en un acampe para recuperar el trabajo. Una lista que no para de crecer y un malestar profundo entre las víctimas del plan Milei. Lo dicen las empresas: Ya no hay creación de empleo en relación de dependencia.
A 1500 kilómetros de distancia de Buenos Aires, se proyectará en unas horas una de las imágenes más gráficas de la Argentina de Milei. En la puerta del Ingenio Ledesma, en la localidad de Libertador General San Martín, un grupo de trabajadores despedidos pasará la Navidad junto a sus familias, en un acampe que sostienen desde hace 50 días. ¿Qué piden? Que el emporio de la familia Blaquier les devuelva el trabajo.
Hace 10 días, en un agasajo a periodistas de Jujuy para despedir el año, el administrador general de Ledesma, Federico Gatti, eligió para cerrar una frase que choca con la realidad de los despidos que decidió la compañía: “Deseo una Navidad en paz y un 2026 a la altura de lo que la Argentina necesita”, dijo.
En el segundo año de mandato de Milei como presidente, la compañía azucarera echó a entre 235 y 300 trabajadores. Entre ellos, unos cuantos delegados sindicales que se encadenaron durante días o denuncian que, ya antes de la brutal reforma laboral que impulsa el gobierno, les pagaron la mitad de la indemnización que les correspondía.
Ledesma empezó con una primera tanda de 165 despidos en el arranque del año, continuó en mayo con otros 70 y siguió con un ajuste permanente. En su mensaje de fin de año, Gatti dijo que fue “un año complicado, difícil y duro, uno de los más difíciles de los últimos 21 años”, producto de la recesión, y pareció justificar la reducción de personal. Habló del retroceso del consumo nacional de papel, que retrocedió a los niveles de pandemia. Si antes de Milei, el consumo de papel rondaba las 230.000 toneladas anuales, dijo, en la actualidad cayó a las 130.000 toneladas.
El dato convive con otro de signo opuesto, que también difundió la empresa hace dos semanas. Las exportaciones regionales de azúcar llegaron a 396.240 toneladas hasta noviembre de 2025 (un 8,5% más que en 2024), y Ledesma estima que podrían alcanzar e incluso superar las 600.000 toneladas hacia mayo de 2026.
Hay un dato más, que mencionan los despedidos de la familia Blaquier: Ledesma, apuntan, es el único ingenio del país que decidió despedir personal en 2025. Más todavía, en las últimas horas se conoció la noticia de que Ledesma está a punto de convertirse en el dueño del Ingenio Concepción en Tucumán. “Estamos peleando con un monstruo, un monstruo que tiene mucho capital, que puede comprar medios, difundir cosas a su favor. Es nuestro deber defender los derechos que muchos compañeros azucareros lograron peleando desde mucho antes. No que venga una patronal o un presidente antiobrero a querer derrotarnos sin entender lo que es una familia, que un obrero que trabaja necesita llevar los fondos para mantener una familia. Nos quieren pasar por encima a los trabajadores argentinos, no es que tengamos que quedarnos callados, eso no es así”. La frase, pronunciada por uno de los despedidos de Ledesma que acampa en General San Martín, aparece en un corto “Acampe azucarero, por una Navidad sin despidos”, producido por Contraimagen de Jujuy.
Los despedidos de Ledesma no son los únicos que se quedaron sin trabajo en el año de la consolidación electoral de La Libertad Avanza. Tal como publicó El Destape, un relevamiento de la consultora Sistémica dio cuenta de un escenario de creciente destrucción de empleo y enumeró la lista más reciente de empresas que despidieron a parte de su personal en las últimas semanas. Solo en el último trimestre de 2025, cerraron 21 empresas y 4.382 trabajadores se quedaron sin empleo. Las regiones donde la crisis resultó más aguda fueron la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y el NOA. Los casos más resonantes fueron el de la compañía de Cerámicas ILVA, que echó a 300 trabajadores de su planta de Pilar, y el de la estadounidense Whirlpool que bajó las persianas y dejó en la calle a sus 220 empleados.
Otras dos empresas que hicieron un recorte profundo fueron la autopartista Corven de Santa Fe y la fábrica de productos electrónicos de Tierra del Fuego Newsan que echaron a 150 empleados cada una. El relevamiento de Sistémica incluye los 143 despidos en la autopartista SFK de Tortuguitas y los 140 personas que se quedaron sin trabajo en la empresa láctea La Suipachense.
La lista de los que quedaron al margen del sistema incluye a los despedidos de las textiles TN&Platex (88) Vulcalar (80) y Luxo (40), la fábrica de envases Panpack (80), la autopartista DANA (50) y la mueblería Color Living (40). Además, quedaron en la calle los trabajadores de las metalúrgicas Acerías Berisso (50) y Essen (34), la empresa alimenticia Otito (40) y la planta de productos eléctricos DBT-Cramaco (37). Todos ellos pasarán una de las peores navidades de su vida.
La baja del desempleo que anunció el INDEC y festeja el gobierno contrasta con las historias que se repiten de sur a norte. El mosaico laboral está astillado y eso también repercute en la fuerza relativa del sindicalismo. El último informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas explica que el crecimiento interanual del empleo se explica solo por el cuentapropismo informal, un universo en el que los ingresos son un 54% más bajos que la media general y la tasa de pobreza triplica a la de los asalariados formales. Es una realidad que no solo se advierte desde el mundo sindical.
La consultora empresaria IDESA titula su informe del 21 de diciembre de una manera contundente: “Ya no hay creación de empleos en relación de dependencia”, dice. Compara los datos del INDEC sobre la situación del mercado de trabajo en el tercer trimestre del 2025 con igual período del 2023 y dice que el empleo urbano se incrementó en 2,3%. Pero, advierte, ese aumento se explica por tres datos: el empleo no asalariado o por cuenta propia, que creció un 14%; el empleo asalariado registrado en empresas privadas. que cayó un 3% y el resto de las ocupaciones (la suma de empleo público más empleo asalariado no registrado), que cayó un -1%.
“Ya no hay creación de empleos en relación de dependencia. El 100% del aumento del empleo se explica por el cuentapropismo (…) Estos datos muestran que mientras las empresas privadas destruyeron empleos, la totalidad de la expansión del nivel de ocupación fue autoempleo, es decir, trabajadores sin empleador. Información complementaria de la Secretaría de Trabajo señala que el 80% son cuentapropistas informales, esto es, no inscriptos en el Monotributo. Esto sugiere que, en la mayoría de los casos, el aumento en el trabajo por cuenta propia no responde a una vocación emprendedora sino a la necesidad de generar ingresos para la subsistencia”, afirma el trabajo de la firma que dirige el economista Jorge Colina. Para IDESA, que comparte en gran medida el rumbo de Milei, las empresas no generen empleo por el deterioro productivo, la desactualización de las leyes del trabajo y la arbitrariedad con la que los jueces laborales la aplican.
Los medios alternativos le dan a los desocupados de hoy un relieve que muchas veces en los grandes medios. La Izquierda Diario informa sobre el cierre de Acerías Berisso, el conflicto en la fábrica de baterías Fademi en Entre Ríos, las suspensiones en Mondelez y los despidos en Georgalos. El periodico La Vaca cuenta la historia de los 34 trabajadores despedidos que ocuparon la fábrica de ascensores Cóndor y proyectan una cooperativa. El sitio Anred dio cuenta de la noticia que después amplificó El Destape: los telegramas que llegaron a los empleados de la Farmacia Dr Ahorro en días de diciembre. A eso se suman solo en las últimas horas, la protesta de los operarios de la fábrica de neuumáticos IBF en Córdoba y el caso de os despedidos de la droguería Dispromed en Neuquén.
Ese es el escenario de fondo que se vio en las declaraciones de muchos manifestantes en Plaza de Mayo el jueves último: desde distintos gremios de la CGT, entre los afiliados se repetía el reclamo de mayor confrontación con el gobierno que promueve la reforma laboral más hostil contra los sindicatos de los últimos 40 o 50 años.
La paradoja es que, en su ofensiva contra una larga lista de derechos que reconoce la Constitución Nacional, el gobierno de extrema derecha es el que se pretende hacer eco de los “millones de trabajadores excluidos”, tal como lo dice el comunicado de la Oficina del Presidente que precedió al envió de la flexibilización laboral al Congreso. “Han sido expulsados del sistema y enfrentan enormes dificultades para acceder a un empleo estable y registrado”, dice. Es el huevo de la serpiente porque es Milei el que promueve la versión más agresiva de ese sistema que cada día expulsa más gente a la precariedad y al desempleo. Una verdadera perversidad, más de un presidente que pasó varias décadas como empleado obediente de las grandes corporaciones.
Fuente: El Destape



