Declaraciones oficiales, gestiones regionales y testimonios personales conviven en un escenario marcado por tensión social y definiciones inminentes.
Las claves
- Kast impulsa un corredor humanitario para migrantes irregulares
- Más de 300.000 personas quedarían alcanzadas por la medida
- Reunión con Javier Milei en Buenos Aires antes de asumir
- Advertencias a prófugos y funcionarios públicos
- Migrantes expresan miedo, ansiedad e incertidumbre
Un triunfo que modifica el clima social
”Kast aún no asume la presidencia y sus discursos de odio ya están cambiando el panorama social. Tengo mucha ansiedad”, dice Juan Garcés, estudiante universitario colombiano de 26 años que llegó a Chile en 2014, según recogió CNN en Español. Su historia migratoria se construyó entre el reencuentro familiar y una trayectoria educativa que incluyó gastronomía, artes escénicas y psicología.
El resultado electoral impactó de inmediato en su vida cotidiana. “Viví estas elecciones con mucha atención y responsabilidad. Llevo años en este país y he visto el clima social. Ese mismo día (de las elecciones) tomé un auto de una aplicación y vi como el conductor empezó a decir cosas de los migrantes, que se queden los que deban quedarse y que el resto mejor se vayan. Estaba repitiendo todo lo que decía Kast”, relató al mencionado medio.
Discriminación diaria y vínculos que se rompen
“Mickey”, venezolano de 20 años, llegó a Chile en 2018. Su testimonio, recogido por CNN, parte de una huida forzada. “La situación en mi país era mala. Mi madre había recibido amenazas y a mi hermano lo intentaron secuestrar. Todo era muy inseguro allá, no teníamos calidad de vida, mi familia no podía más”.
En Chile, el señalamiento apareció temprano. “Me tocó más de una vez que la gente hacía comentarios de mi color de piel como si fuera algo malo. En clases me tocó experimentar microagresiones y xenofobia”.
El debate político profundizó distancias personales. “En mi universidad hay gente que apoya a Kast y cuando los escuchaba hablar y legitimar estos discursos de odio era como… No sé, me chocaba mucho. Yo perdí muchas amistades cuando empezó todo esto (las campañas presidenciales). Tuve que escuchar muchas cosas y siempre aparecía la xenofobia en un punto”, contó a CNN.
Memorias regionales y escenas recientes
Patrick Erminio, terapeuta ocupacional brasileño de 32 años, llegó a Chile en 2020. Su lectura conecta el presente chileno con experiencias previas en su país. “Yo ya pasé por esto en Brasil con Bolsonaro. Esto no es nuevo, Kast no nació de la nada. Lo que veo es que los discursos de odio terminan siendo validados y luego empiezan los actos de violencia”, afirmó.
Erminio también relató episodios concretos. “Yo como brasileño no lo he vivido tanto, excepto hace un par de semanas cuando una señora me empezó a gritar en un parque que yo era migrante y que me tenía que ir de Chile”.
La noche electoral dejó imágenes que reforzaron esa sensación. “El mismo día de las elecciones, cuando ganó Kast, había banderas de Augusto Pinochet en las calles y personas defendiendo lo que pasó en dictadura”.
El plan migratorio y la cuenta regresiva
Desde Buenos Aires, tras reunirse con Javier Milei en la Casa Rosada, José Antonio Kast detalló líneas centrales de su futura gestión. Entre ellas, la coordinación con presidentes de Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica, El Salvador y Argentina para establecer un corredor humanitario destinado a migrantes en situación irregular.
Durante la campaña, Kast dio plazo a más de 300.000 personas para abandonar Chile antes de su asunción. Luego reiteró sus intenciones y aclaró límites operativos. “Nosotros nunca dijimos que en el primer día íbamos a poder expulsar a más 300.000 personas o más, porque es evidente que no hay capacidad para hacer eso”.
El presidente electo explicó el mecanismo previsto. “Por eso la invitación es que si alguien quiere volver a Chile y está en situación irregular, tome todas sus cosas, se vaya y después postule a ingresar de nuevo pero con todos los papeles en regla, con su contrato, con su pasaje de ida y de regreso, como corresponde”. Y agregó: “si no lo hace, en algún minuto se va a encontrar con la autoridad”.
Advertencias a prófugos y funcionarios
Kast también envió mensajes directos a otros sectores. A los prófugos de la justicia les señaló: “si no se entregan antes de que yo asuma, y los tenemos que buscar y gastar recursos para que cumplan la condena, que ya está establecida, todo lo que gastemos es en perjuicio de ellos”.
Sobre funcionarios públicos, afirmó que quienes “no producen ningún beneficio a los chilenos” deberían dejar sus cargos antes de su llegada al poder. “Si hay alguien que solo hace informes, y que no ha mejorado la calidad de vida a nadie, nosotros solo le vamos a decir a la ciudadanía: ‘Mire, este señor lleva aquí tres años haciendo informes y nunca le ha generado un peso a usted’”.
Quedarse, resistir, vivir en paz
Frente a este escenario, las decisiones personales se vuelven centrales. “No tengo ganas de irme. La migración siempre estuvo en el mundo y no creo que Kast tenga el poder para echar a todos los venezolanos y extranjeros”, dijo Erminio.
Juan Garcés sostuvo una postura similar. “Yo ante todo daría cara, nunca bajaría la voz, nunca me escondería. Siempre representaría con mi discurso racial, siempre diría que soy de afuera, que me encanta el Chile que yo conozco y siempre seguiría siendo queer”.
Mickey expresó una inquietud más íntima. “He mirado otras posibilidades, ¿pero a dónde? ¿Cómo me movilizo? ¿Cómo cambiar toda mi vida de una vez? Ya viví todo un proceso migratorio y tuve que dejar muchas cosas atrás. Y no quiero hacerlo de nuevo. No quiero seguir huyendo por cosas como estas. No quiero perder todo lo que tengo. Sólo quiero vivir en paz”.
Fuente: Info News



