De la “Fase I” a la acumulación de reservas: el giro de Milei ante las exigencias del FMI

Caputo y Karina
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La semana concluyó con una leve suba del dólar como consecuencia de los cambios en la política cambiaria que anunció el equipo económico. El abandono del esquema de bandas que se actualizaban a un ritmo de 1% mensual da lugar a una indexación de las bandas según la inflación. Lo cual presupone mayor suba del ritmo de incrementos mensuales del valor del dólar. El nuevo plan vigente a partir de enero busca ralentizar la apreciación del tipo de cambio en un escenario de mayor inflación.

Vale recordar que, en abril, cuando se adoptó “la fase I” del esquema de “flotación entre bandas”, el Gobierno esperaba que su programa de ajuste le permitiera obtener una inflación mensual en trono a 1 por ciento. En consecuencia, la indexación de las bandas de “la fase II” presupone un yerro en las estimaciones inflacionarias del equipo económico. Es precisamente en este punto (la inflación) en donde el nuevo esquema genera incertidumbre. Si el año cierra con aumentos promedio más altos de los previstos, ¿mayor movimiento en el dólar no alimentará más las subas?

Además, la nueva política cambiaria y monetaria para el 2026 contempla algo nuevo: la acumulación de reservas. El equipo económico anunció que contemplan adquirir u$s10.000 millones en el transcurso del año próximo, clave para enfrentar los compromisos de deuda sin recurrir al sobreendeudamiento. Sin embargo, sobre este punto el Gobierno ha tenido idas y vueltas. Inconsistencias que le restan credibilidad de cara al futuro.

Con el desafío de que la actividad remonte y acumular reservas, es de esperar efecto en inflación

El gobierno tiene dos acreedores importantes, uno de los cuales oficia además de garante. En el último año tanto el FMI como el tesoro norteamericano fueron determinantes para que el plan económico de Milei no termine de detonar mediante una crisis cambiaria. En abril, cuando se logró un nuevo programa de facilidades extendidas y el Fondo giró u$s15.000 millones (de un total de 20 mil millones de dólares), el presidente dijo: “Las reservas brutas del Banco Central estarán en torno a los u$s50 mil millones”.

Claro está que eso no ocurrió. De acuerdo con los datos oficiales, cuando se anunció el acuerdo con el FMI en el mes de abril, las reservas internacionales del BCRA eran de u$s 24.704 millones, el nivel más bajo desde que el anarcolibertario llegó a la Rosada. Si bien hubo momentos en donde las reservas se recompusieron, estuvieron lejos de esa meta señalada en abril. Una vez que el gobierno entró en modo electoral, en pos del altar del dólar barato sacrificó la acumulación de reservas.

En línea con la no acumulación de reservas internacionales, el Gobierno explicaba por qué acumular reservas era una mala práctica económica. Hace algunas semanas el presidente explicó en una conferencia en el auditorio de El Cronista que “Si el Banco Central compra dólares, sube la inflación”. La afirmación es clara, dada la oferta estrecha de dólares y la demanda robusta para importar y atesorar, principalmente, si a esa paridad se le suma la demanda del Banco Central el tipo de cambio sube lo cual tensiona los precios al alza. 

“Si tengo superávit fiscal que me permiten pagar intereses y la deuda la rolleo, por qué tengo que acumular reservas. Estados unidos no acumula reservas, al igual que Europa ¿por qué entonces acumular reservas?”, enfatizaba el presidente a principios de mes. Qué cambió desde entonces, cuando el presidente apoyado por Estados Unidos prescindía de robustecer las reservas líquidas.

¿Que finalmente terminen primando las condiciones del FMI significa que el tesoro norteamericano ya no está disponible como lo estuvo antes?

Fuente: La Nueva Mañana

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