A fines de la semana pasada llegaron a territorio argentino los primeros cazas F-16 adquiridos por el gobierno nacional al gobierno de Dinamarca. “Aviones occidentales” en la apreciación del saliente ministro de defensa L. A. Petri, una clasificación innovadora. Además de las sospechas de corrupción que han rodeado a la negociación se conoció que la Fuerza Aérea Argentina implementará el sistema ILIAS en la modernización logística de las aeronaves. Este sistema es una herramienta digital de gestión logística para operar el sistema de armas que permite el seguimiento en tiempo real de las operaciones. El administrador del programa es el general chileno Francis Muñoz Covarrubias, secundado por el general también chileno Leopoldo Porras, vicepresidente para América Latina. El sistema logístico es compartido por Chile y Argentina. El control del sistema en manos de generales chilenos enciende una luz de alarma no sólo por los antecedentes de conflicto con el país trasandino sino que también por la postura del candidato a la presidencia de Chile José Antonio Kast, reivindicador de Pinochet, que ha expresado: “Argentina ya nos ha robado suficiente” al sostener que nuestro país debe ser desalojado del sector antártico incluso militarmente. Cabe agregar que la autonomía de los nuevos aviones no alcanza para llegar a Malvinas, una de las principales hipótesis de conflicto
Contrasta esta compra con la decisión de cerrar FADEA con la posibilidad de trasladar la fabricación del avión Pampa a Méjico, un avión que parece más adecuado para la lucha contra el narcotráfico.
Un vuelo que no fue llevaría a nuestro presidente a EEUU para el sorteo de zonas para la próxima copa mundial de football. A partir de su enfrentamiento con Claudio Tapia, Javier Milei decidió no asistir al sorteo lo que provocó la molestia del secretario Bessent, quien desistió de una nueva visita a nuestro país. Todo esto enmarcado en la disputa que mantiene con AFA por las SAD.
Un vuelo que no debió ser llevó al presidente Milei a Oslo con motivo del otorgamiento del premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, una nominación que desprestigia la distinción. ¿Cuál es el mérito de quien pide la invasión de su propio país por fuerzas extranjeras con la ilusión de acceder al poder? Un poder limitado por ser títere del gobierno de EEUU.
Por lo demás, localmente, todo sigue su curso con la embestida libertaria. Se propuso la reforma laboral, la reforma del código penal y se presiona a los gobernadores para que apoyen la ley de presupuesto enviada. Todo sin que la oposición, con un disminuido bloque peronista, logre articular una estrategia que la libere de la trampa libertaria. En la superficie expresa mayores discrepancias la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel. En su participación en una cumbre de líderes parlamentarios de Iberoamérica advirtió que “Nuestro continente no debe definirse en función de agendas extranjeras” además de reivindicar el reclamo argentino por Malvinas. Los avances en la investigación por las estafas en ANDIS no alcanzan a limitar el ímpetu libertario.
Ante una situación tan decepcionante algunos compañeros se preguntan cuál es la salida de este laberinto y la verdad es que la respuesta no está escrita sino que deberá generarse a partir de las acciones del sujeto colectivo que no se resigna a quedar como observador.
Mencionamos aquí algunas ideas contenidas en la Introducción de “El pensamiento vivo de Jauretche”, de Gustavo Cangiano. En un texto que tiene más de veinte años se señalaba la limitación de la autodeterminación por un nuevo orden mundial. La democracia recuperada no alcanzó para revertir el proceso de empobrecimiento. La palabra democracia ha sido utilizada por quienes ayer la ignoraban para proteger sus privilegios. La explotación de los países semicoloniales por las metrópolis los llevan al empobrecimiento en un sistema fundado en el lucro y la codicia. La impotencia para plantear una alternativa facilita la tarea de presentar esta realidad como la única posible llevando por ejemplo a la propuesta de una reforma laboral regresiva.
¿Cómo responder? Cangiano nos refiere una anécdota. Luego de su derrocamiento, Hipólito Yrigoyen dijo a sus partidarios más jóvenes “hay que empezar de nuevo”. En los comienzos de la década infame todo parecía dispuesto para sujetar a Argentina al poder imperial de la época y la subordinación de las mayorías a las minorías privilegiadas.
Empezar de nuevo simboliza la voluntad de marchar a contracorriente y negarse a jugar el juego del poder dominante. De allí surgió un grupo de jóvenes que no claudicaron destacándose entre ellos Arturo Jauretche. Su ejemplo invita a empezar de nuevo batallando contra la colonización pedagógica, hoy batalla cultural, para romper las cadenas que sujetan el pensamiento.
Por El Equipo de Perspectivas Desde el Sur



