El objetivo cambiario del Gobierno es claro, evitar a como dé lugar un salto del tipo de cambio, habida cuenta que gobernar en Argentina es dominar al dólar.
El objetivo cambiario del Gobierno es claro, evitar a como dé lugar un salto del tipo de cambio, habida cuenta que gobernar en Argentina es dominar al dólar. Es lo que viene sosteniendo tanto el equipo económico como el mismo Milei, “no devaluaremos. Ganar competitividad devaluando trae pobreza”, afirman, y propenden que la economía gane competitividad con la reforma laboral e impositiva. Como todo gobierno, desean que el que apueste al dólar pierda y termine por autoconvencerse de que el peso fuerte, esta vez, llegó para quedarse.
En línea con el deseo, asistimos a una demanda estacional de pesos producto de las fiestas, el pago de aguinaldos, sumado a dos factores que alivian la oferta de divisas; por un lado, una buena cosecha de trigo; mientras que la fuerte dolarización preelectoral adelantó compras descomprimiendo la demanda actual. Estos factores son claves para entender la baja de la cotización oficial de la semana.
¿Continuará a la baja?
La pregunta que surge es si esta baja es pasajera o si, contrariamente, volverán próximamente las tensiones alcistas. Lo cierto es que los vencimientos de deuda atentan contra la estabilidad cambiaria, máxime cuando en enero deberán levantar pasivos por un valor en torno a u$s5.000 millones. También juega en contra los retrocesos respecto al préstamo que negocian con bancos internacionales que, apoyo de EE.UU. mediante, era de u$s20.000 millones, pero finalmente el acuerdo se hace esperar y sería, en el mejor de los casos, por 7 mil millones de dólares, en palabras del ministro Caputo.
Sin embargo, es probable que la semana próxima haya buenas noticias para la economía de la mano de un nuevo puente financiero que obtendría el Gobierno de parte del mercado. Se trata de un nuevo bono ley local en dólares a vencer en noviembre 2029 (Bonar 29) con el que regresan al mercado voluntario de deuda. Si bien aún no se conoce el monto, el ministro de Economía anunció que el bono tendrá una tasa de 6,5%. De concretarse, son números optimistas que buscan generar una expectativa positiva desde lo financiero.
“Teniendo en cuenta que hay una fuerte concentración de vencimientos, tanto en enero, como en julio de 2026, me parece sano que el Gobierno pueda empezar a renovar los vencimientos de capital de la deuda pública con distintos instrumentos”, comentó a LNM Carlos Pérez, director de la Fundación Capital. Pero, dado que el riesgo país es aún alto y que, por tanto, el financiamiento es elevado “tendrían que ser muy cautos e ir probando de a poco, con plazos que no comprometan demasiado”, destacó.
Para Pérez, quien también se destacó como director del Banco Central, el gobierno enfrenta dos desafíos que de resolverlo mejorará su accesibilidad al crédito internacional. Por un lado, recomponer reservas y, por otro, que la economía comience a crecer. Para lo cual, “sería óptimo” que el Ministerio de Economía y el Banco Central presenten un programa coordinado y consistente para el próximo año. El cual genere certidumbre y marque una hoja de ruta respecto al financiamiento, la baja de la inflación y las reservas internacionales. “Es por eso que el Gobierno tendrá que ser prudente, austero y diversificador en su reaparición en el mercado de deuda voluntaria”, concluyó el economista.
En la primera mitad del año vencen títulos por más de u$s13 mil millones
Se vienen semanas claves en las que el gobierno negocia cómo se fondeará para enfrentar los vencimientos de deuda que en el primer trimestre del 2026 suman poco más de 7 mil millones de dólares. El ministro Caputo informó que los pagos se harán “sin afectar las reservas”, por lo que buscarán pagar la deuda con deuda y dispar así una agenda cargada de vencimientos en el corto plazo. Claro está que por más que quisieran no podrían pagarla con reservas ya que estas se encuentran en terreno negativo (descontando compromisos y dólares prestados), lo cual sería poco prudente.
Es este el flanco débil del plan económico del Gobierno. Recordemos que, aun manteniendo el cepo para las empresas, con récord de exportaciones de hidrocarburos, ampliación del crédito del Fondo Monetario, financiamiento de bancos internacionales, más la intervención del Tesoro estadounidense, acuerdo swap con la Casa Blanca, más crédito vía otros organismos multilaterales (Banco Mundial, BID, etc.), un blanqueo exitoso y empresas locales inyectando dólares vía obligaciones negociables, la posición de reservas está peor que en el 10 de diciembre de 2023.
Con lo cual, el Gobierno está siendo muy efectivo en conseguir puentes financieros, pero está fracasando en el objetivo de acumular las divisas conseguidas o darles a estas un sentido productivo. En efecto, con exportaciones creciendo al 8% e importaciones haciéndolo al 36%, más 10.000 millones de dólares de déficit de la balanza de servicios y dolarización constante de carteras, el drenaje de dólares es una constante.
fUENTE: lA Nueva Mañana



