Por Norman Berra, analista de opinión pública y mercado
Antes de la elección del pasado domingo, la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral
publicó el informe “Proyección de participación y análisis del comportamiento de los
oficialismos en elecciones de medio término”. En el documento, proyectaba que de acuerdo a
los antecedentes históricos la afluencia se ubicaría por debajo del 70%, con lo cual sería la más
baja desde el regreso de la democracia en 1983 . Aunque falta concluir el
escrutinio definitivo, se estima que rondará el 68%, lo cual marca un gran acierto del estudio, y
confirma que los votantes en general se sintieron poco interpelados en este turno electoral.
El informe pos electoral de Alejo Brosio ilustra con claridad el piso de afluencia que se registró
el domingo pasado . La baja concurrencia es consistente con la falta de
entusiasmo posterior a los resultados, lo que sugiere que se trató de una elección de votos
castigos cruzados: los netamente opositores a Milei se inclinaron por el peronismo como
herramienta de castigo, pero sin euforia, mientras que los antiperonistas se decantaron por La
Libertad Avanza como heredera de Cambiemos, presumiblemente movilizados más en rechazo
al triunfo de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires el pasado 7 de septiembre que por
una adhesión fervorosa al oficialismo.Según el mismo informe, el promedio histórico de porcentaje de votos obtenidos por la
principal fuerza opositora en las elecciones de medio término es de 30,7%. El domingo, el
peronismo + aliados rondó el 35% , es decir que se ubicó nítidamente por
encima de la media histórica, pero aun así la victoria favoreció al oficialismo nacional, con casi
41%. Ambos frentes tuvieron desempeños por encima de la media de las coaliciones que se
enfrentaron en elecciones de medio término en los últimos 40 años, contando la elección de
1985 como la primera desde la restauración democrática.
El informe poselectoral de Barda destaca que el desempeño de LLA + aliados
(fundamentalmente el PRO, columna vertebral de Cambiemos) fue el quinto más alto desde
1983 en votos en elecciones intermedias . En términos comparativos, resultó
levemente inferior al de Cambiemos, que en 2017 obtuvo 41,8% de los votos. La victoria
oficialista se explica, principalmente, por la resiliencia del polo antiperonista, que desde 2017 logra cruzar el umbral del 40% en las elecciones de medio término, más que por una caída del
peronismo.
Si bien este año el PJ y aliados obtuvieron menos votos en valores absolutos que en 2017
(siendo oposición) y en 2021 , en términos relativos esa
coalición se sostuvo competitiva en torno al 35%. Así, la victoria de LLA del domingo fue
traccionada por una corriente de “voto útil” antiperonista en los últimos 10 días, que la
encuesta nacional de DC Consultores pudo identificar Eso decantó en una
polarización moderadamente asimétrica: oficialismo en torno al 40% y peronismo opositor
rondando el 35%, con una brecha favorable a LLA de 5,8 puntos porcentuales (la diferencia
respecto a los 6,3 pp que estimaba la encuesta no resulta estadísticamente significativa).
Esa polarización también diluyó las chances competitivas del frente Provincias Unidas, que
había despertado expectativas como novedad política: si bien presentó listas en 14 provincias
(Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Jujuy,
La Rioja, Mendoza, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santa Cruz y Tierra del Fuego), fue derrotado
en 13 de ellas y apenas obtuvo una magra victoria en Corrientes. Nuevamente, la tercera vía
no logró romper el “techo de cristal” del 10% (dos dígitos) necesarios para transformarse en
un actor electoral suficientemente gravitante como para desafiar la grieta que atraviesa la
política nacional desde hace casi 20 años. Por su parte, la izquierda perdió más de 300 mil
votos respecto a la elección de medio término de 2021, un sensible retroceso considerando
que el Frente de Izquierda de los Trabajadores-Unidad (FIT-U) se presentó como tal en más de
20 distritos. En conclusión, la foto de hoy proyecta un nuevo clásico con el peronismo vs
antiperonismo como protagonistas en el turno electoral 2027: son las únicas coaliciones
nacionales con volumen electoral, mientras que los demás sellos del mapa político están
relegados al rol de actores de reparto.



