La Argentina recuperó la democracia en 1983 en función de los intereses estratégicos de EEUU, que implementó el Consenso de Washington, como marco de una imposición de Mercado como ordenador social y productivo, que estrechaba los márgenes de una acción democrática plena.
Desde entonces se desplegó una política debilitada por las condiciones impuestas por el enemigo. Lo sufrió Alfonsín al tener que sacrificar a Bernardo Grispum, su ministro de economía por imposición del FMI, que ajustando los 10 puntos del “Consenso” que son referidos exclusivamente a la economía, exigió su remoción, comenzando desde ahí el plan de ajuste llamado entonces Plan Primavera. Devaluación, hiperinflación y dolor social fueron sus consecuencias.
Luego operaron los llamados Mercados, en realidad el poder real y lograron doblegar las promesas de campaña de Menem, que traicionando sus principios doctrinarios, se convirtió en discípulo obediente de los intereses de EEUU, acompañando sus políticas de privatizaciones y retroceso en el desarrollo nacional, como así también aliado a sus aventuras guerreras en Medio Oriente, como la guerra del Golfo o la invasión a Somalía, dejando caer la histórica Tercera Posición doctrinaria que alguna vez enarboló.
Las sucesivas crisis provocadas siempre por los Cavallo, Chicago boy, Machinea, Martinez de Hoz y los Caputo de hoy, que de la mano de los nuevos personajes, financiados y estructurados por los intereses del Mercado y EEUU, como Macri o Milei, que no sólo repiten la receta recibida de sus mandantes, sino que profundizan en cada período que gobiernan, el desmantelamiento del país soberano que conocimos, producto de generaciones de argentinos en lucha, desde nuestros Padres Fundadores.
Aun en los 12 años felices de los Kirchner, en donde el pueblo comenzó a recuperar su identidad y también su memoria, como en la conmemoración del Bicentenario, masivo, popular e imborrable, que marcaba también un proceso de ampliación de derechos sociales y políticos, acompañados por una economía del consumo, que hizo explotar sus indicadores macro económicos, no logró perforar el marco estructural de la dependencia.
Pero la matriz armada por el enemigo, desde el Consenso y luego con la Constitución Nacional de 1994, que fragmenta las políticas nacionales federales, provincializando y municipalizando la salud, educación, seguridad social y recursos naturales, dificultando la toma de decisiones soberanas en función de Patria, que al ser atomizadas, provocan un país injusto, dado que el Estado, no puede reparar las asimetría naturales, de quienes nacen en Pumamarca, Pirané, Huinganco, Sarmiento y miles de municipios pequeños, con los que nacen en los grandes conglomerados urbanos.
Éste marco no pudo en estos años modificar la base estructural de la dependencia, fijada por esos instrumentos y por leyes instrumentadas desde la dictadura militar, que al día de hoy siguen vigentes, como las de Inversiones Extranjeras y de Entidades Financieras, herramientas de la penetración de los intereses financieros que lograron prevalecer, provocando industricidio, con un saldo social de desempleo y dolor profundo.
Se hace necesario entonces, más allá de períodos electorales, donde la discusión de las listas, prevalecen por sobre la política, segmentando las representaciones, dispersando las terminales de conducción, atomizando y demorando las respuestas conjuntas a las iniciativas del enemigo.
Se hace necesario realizar una propuesta estratégica del modelo de Patria a construir, que además de ser solidario, biocéntrico, productivo y soberano, debe puntualizar, como desmontar las estructuras de la dependencia y el coloniaje, frenando el proceso de claudicación nacional que estamos atravesando.ç
Desde el peronismo, apuntalando nuestra construcción del pensamiento doctrinario y filosófico, que sigue dando respuestas a las demandas de la situación actual, deberíamos decirle al pueblo argentino, desde nuestra dirigencia, que el mundo ya cambión, no ahora, desde hace 25 años ha virado al Oriente, al Multipolarismo, a las relaciones geopolíticas y comerciales simétricas, soberanas, de respeto y globalizando la paz. Las políticas agresivas, genocidas, extorsivas, imperiales del Unipolarismo de EEUU, Israel, Inglaterra y la OTAN junto a la UE, hasta entonces hegemónico, han quedado atrás en decadencia, siendo su repliegue estratégico sobre América Latina.
Nuestro país por su posición geoestratégica de conectar los mares Atlántico y Pacífico, es de interés militar y comercial para las potencias que se enfrentan, cuyas disputas geopolíticas, se expresan en nuestro territorio a través testaferros o presidentes afines a los intereses de EEUU.
Es necesario entonces plantear desde ahora ejes del camino que vamos a recorrer al recuperar el gobierno, y debemos hacerlo en función de la Unidad Política a largo plazo, reafirmando nuestra identidad nacional y popular, latinoamericanista y revolucionaria.
No pagar la deuda externa por ilegal, ilegítima y espúrea, declarar “no grata la presencia de la lV Flota de EEUU”, no aceptaremos Bases Militares de EEUU en nuestro territorio, volveremos a los BRICS, defenderemos la estrategia de la Argentina Bicontinental con Antártida, Malvinas, Sandwich, Orcadas del Sur controladas por la provincia más grande de Argentina: Tierra del Fuego y la reconstrucción del UNASUR.
Derogar las leyes de Inversiones extranjeras y entidades financieras, dictadas durante la dictadura militar y aun vigentes, Ley de Defensa Nacional con FFAA enarbolando la soberanía nacional y reactivación de FM y del plan nuclear argentino, CONEA, ARSAT,CONICET, INTA, INTI, ley de tierras, nueva constitución nacional, Canal Magdalena y obras de terminación de las represas de Santa Cruz y del Gasoducto Néstor Kirchner, consolidar la Seguridad Social, la Salud y la Educación con políticas nacionales, que garanticen la accesibilidad y la igualdad de condiciones a los argentinos, como asimismo el manejo de los Recursos Naturales, que hoy están siendo saqueados.
Estos y otros puntos estratégicos, reconstruyendo un Federalismo arrasado y de Patria Grande, deben volver a conformarse desde la mirada internacional que al decir de Perón es “La Política”, que debería ser e marco referencial de cualquier análisis político, no sólo del peronismo, sino de las fuerzas nacionales patrióticas, que tengan identificado al enemigo, que pretende colonizarnos y abortar el desarrollo nacional que alguna vez construimos hacia la felicidad del pueblo y la grandeza soberana de la Nación.
Por Jorge Rachid