El día lunes 15 el presidente de la Nación anunció la presentación del presupuesto 2026, toda una novedad para el gobierno libertario que ha gobernado dos años sin presupuesto, disponiendo del dinero público con total arbitrariedad. No faltó la fatídica frase “lo peor ya pasó” ya utilizada por de la Rúa y Macri en sus momentos de declinación.
La presentación y el discurso tuvieron lugar en un momento crítico del gobierno luego de la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el cuestionamiento a los vetos presidenciales y los escándalos derivados de los casos $LIBRA, fentanilo y coimas en relación con la Suizo-Argentina.
El presidente intentó recuperar terreno prometiendo para el futuro lo que niega en el presente, basándose en un conjunto de supuestos pocos creíbles. Por ejemplo estima el valor del dólar estadounidense en $1325 a fin de año y de $1423 para el próximo año, valores que han sido superados en el presente. Además ha prometido incrementos en todos los segmentos que ha recortado hasta ahora. En el supuesto de una inflación del 10.1% para el próximo año propone un incremento del 5% para jubilaciones, 17% para salud, 8% en educación y 5% para pensiones por discapacidad, todos valores por encima de la inflación estimada. No queda en claro que ocurriría en caso de que la inflación supere el valor estimado. Además promete una partida de $4.8 billones para las universidades nacionales.
También giró aproximadamente $12.5 mil millones a las provincias de Misiones, Chaco, Santa Fé y Entre Ríos (un aproximado de U$D 8.5 millones) en un intento desesperado de recuperar el diálogo con estas provincias.
Todo aparentemente en vano. En un comunicado del CIN los rectores manifiestan que la asignación es insuficiente estimando el presupuesto necesario en $7.5 billones, aproximadamente un 50% más. Y el desacuerdo llegó a la Cámara de Diputados el día miércoles 17 cuando se trataron los vetos a la ley de presupuesto universitario y la ley de emergencia para salud pediátrica. Las leyes sancionadas fueron respaldadas por amplia mayoría provocando una de las más duras derrotas de un gobierno.
La preocupación electoral del gobierno crece y se ha puesto de manifiesto en la elección de Patricia Bullrich para dirigir la campaña electoral de Octubre. No deja de ser una elección curiosa si tomamos en cuenta que en la campaña presidencial Bullrich perdió ante el actual presidente.
Los esfuerzos del gobierno para recuperar terreno llegan demasiado tarde, fruto de la soberbia. Las promesas presupuestarias o el último giro de fondos a las provincias no han dado resultado. En la Cámara de Diputados la oposición (no sólo el peronismo) mostró un claro desacuerdo con el proceder presidencial. Se suma a esto el rechazo a dos DNU: el que permite operar a la policía federal por fuera del Poder Judicial y el que pretende anular el derecho a la identidad de género.
El camino al 26 de Octubre se ha complicado para el gobierno, que espera poder revertir su situación actual con un triunfo electoral que cada vez parece más lejano por su porfía en desconocer las leyes que no quiere. En general leyes que tienen en cuenta las esperanzas del pueblo y el destino de Nación soberana. Esperamos que la democracia encuentre los caminos para revertir el desastre libertario.
Por el Equipo de Perspectivas Desde el Sur