¿Qué queda del “orden macro”? El modelo económico colapsa y desnuda la narrativa oficial

milei y caputo
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De la mano de superávit fiscal y una moderación del comportamiento de los precios, el orden macroeconómico es, según el relato libertario, la clave de su administración. “Estamos corrigiendo el orden de la macroeconomía, cueste lo que cueste”, enfatizó en más de una oportunidad el Presidente. Tanto es así que la figura de Milei aparece asociada al orden de la macro, siendo este el legado que su administración vendría a dejar.

Si por macro se entiende la armonía de las principales variables sobre las que se asienta la economía, entonces son determinantes a la hora de hablar de macroeconomía: inflación, equilibrio fiscal, empleo, balanza comercial y el nivel de actividad, principalmente. Ahora bien, si hacemos un doble clic acá vemos que estas variables no gozan de buena salud. Entonces, ¿es correcto hablar de orden macroeconómico en la economía de hoy? 

La inestabilidad cambiaria dispara la inflación, pese al desplome del consumo

Por el lado de las subas, que terminarían en torno a 30%, tras dos años con inflación de tres dígitos, el Gobierno tiene buenas y malas noticias. La buena noticia es que el dólar se movió en agosto en torno a 10% y el efecto en precios fue moderado, promediando una inflación de 1,9% (mismo incremento que en julio). Sin embargo, esto no significa que los movimientos en el tipo de cambio tendrán efecto inocuo. Máxime si observamos la inflación mayorista publicada por Indec. Acá vemos una aceleración mucho más rápida siendo en agosto de 3,1%. Lo cual significa que, en el mismo mes, los precios de los bienes en fábrica aumentaron más que los precios percibidos por el consumidor final.

Por lo tanto, esto puede interpretarse como un rezago en góndola del traslado de los precios tras la suba del dólar.

Inflación reprimida. En efecto, se espera que la inflación de septiembre vuelva arriba del 2 por ciento mensual, como hubo durante el primer cuatrimestre del año. De hecho, otra mala noticia viene por el lado de las expectativas inflacionarias que mide el Banco Central que viene mostrando una tendencia alcista. Este es un dato a destacar ya que para que tenga verosimilitud la proyección de inflación del Presupuesto 2026 de 10% anual, los precios debieran comenzar una tendencia bajista desde ya. Escenario hoy improbable.

El modelo económico no para de destruir empleo

Si en materia de precios hay sombras y algunas luces, muy distinta es la realidad del empleo, en donde solo hay números negativos. Por caso, la desocupación llegó en el primer trimestre del 2025 al nivel más alto desde que Milei es presidente. Consecuentemente, siempre basándonos en la Encuesta Permanente de Hogares realizada por Indec, la tasa de empleo se desploma tras finalizar el 2024 en recomposición. La economía anarcolibertaria debe lidiar con las particularidades de su diseño: los sectores productivos beneficiados son poco demandantes de empleo, mientras que los más desfavorecidos explican más de la mitad del trabajo registrado.

A propósito del empleo en blanco, los últimos relevamientos oficiales muestran que en el sector privado hay caídas desde marzo. Mientras que si ampliamos el análisis y observamos el comportamiento del empleo de las empresas desde el arribo del anarcolibertarianismo a la Rosada vemos que se perdieron cerca de 170 mil puestos de trabajo registrados. Si a estos casos le sumamos el trabajo público eliminado, obtenemos 248 mil trabajadores registrados menos que en diciembre del 2023.

Dos trimestres con caída de actividad = recesión

Asimismo, el nivel de actividad llega deprimido a la hora de las urnas con una contracción del PBI, así lo evidencia el último informe de Indec sobre actividad. En él dan cuenta que el segundo trimestre la economía se achicó respecto al primer trimestre del año, en donde aún persistía el efecto rebote de la economía tras la recesión de la primera mitad del año 2024. Este retroceso de la actividad, sumado a la inestabilidad del tipo de cambio y depresión de la demanda lleva a muchas consultoras a recalcular a la baja la proyección de recuperación de la economía para este 2025. La misma empezó el año en 5,5% y hoy está en torno a 4%.

De hecho, por la caída del PBI del período abril-junio, más la estimación a la baja del trimestre consecutivo (julio-septiembre), la mayoría de las consultoras prevén que la economía, indefectiblemente, entra en recesión.  Dando por descontado que hoy, con la presión al alza del dólar y las supertasas financieras para controlar al tipo de cambio, se profundizará la contracción del producto, la duda está en lo que pueda ocurrir con el cuarto trimestre del año. Por lo tanto, cómo condicionará el cierre del 2025 al próximo año.

El riesgo país sube al ritmo de la pérdida de reservas y Argentina se aleja del mercado voluntario de deuda

La balanza de pagos, otro factor clave de la macro, también se encuentra en estrés. Ocurre que la desregulación de las importaciones, más la salida apresurada del cepo con un dólar artificialmente bajo genera desequilibrio entre los dólares que entran y los que se van. De este modo, las exportaciones de bienes incrementan al 18% mientras los dólares destinados para importar llevan creciendo más de 70%, en lo que va del año.

Además, hay que tener en cuenta el déficit de la balanza de servicios por turismo emisivo que llega a los -7 mil millones de dólares, que podría cerrar el año en un rojo de u$s10.000 millones. En efecto, hay aquí un combo indeseable, fuga de capitales, inversión extranjera en niveles históricamente bajos y reservas internacionales a la baja que, naturalmente, deterioran la balanza de pagos. 

La reacción del Gobierno frente a este deterioro es la de mantener el tipo de cambio bajo como ancla inflacionaria y motor de popularidad. Siguiendo estos objetivos, la cabeza macroeconómica del equipo económico, Federico Furiase, dijo que tienen u$s22 mil millones para defender el valor del dólar en el techo de la banda. Se trata de dólares prestados, de los cuales en la última semana ya se desprendieron de u$s1.100 millones sin lograr desarmar la corrida cambiaria.  

Superávit fiscal, la única luz, pero con riesgo de apagarse 

Pérdida de reservas, inestabilidad cambiaria, riesgo país arriba de 1.400 puntos, inflación con tendencia al alza, recesión y pérdida de fuentes de trabajo son los elementos de la foto actual de la economía. De modo tal que la única variable que se mantiene positiva para el gobierno es el equilibrio fiscal. De ahí su insistencia con el orden fiscal, mencionado 30 veces en la última cadena nacional y reiteradamente en sus apariciones públicas posteriores.

Al margen de la consistencia del superávit fiscal registrado hasta el momento, el mismo atraviesa un frente de tormenta. Por un lado, gran parte del mismo se logró con un ajuste a las transferencias a las provincias, las cuales comienzan a reclamarlo con más intensidad. Mientras que, por otro lado, el parate de la economía daña a la principal fuente de recursos tributarios (todos los impuestos que gravan la actividad con el IVA a la cabeza). 

De modo tal que la encrucijada es compleja, si el gobierno nacional quiere robustez política para dejar de perder en el parlamento necesita acordar con los gobernadores, lo cual significa dejar de retener recursos que por ley corresponden a las provincias. Esto altera el esquema de superávit actual. Asimismo, salvar el equilibrio fiscal en recesión lleva a aumentar el ajuste fiscal, lo cual profundiza la caída de la actividad. 

Fuente: La Nueva Mañana

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