Desde hace años los analistas sociales y políticos que investigan las conductas de los pueblos, se preguntan si la sociedad en la cual vivimos es producto de la decadencia del capitalismo, la irrupción cultural del neoliberalismo individualista y la consiguiente pérdida de la solidaridad social compartida.
Seguro que no existe una sola respuesta, porque la complejidad de un proceso de décadas, ha irrumpido transversalmente a toda la sociedad. Cómo se produjo ese avance sobre formas de convivencias sociales, culturalmente aceptadas, como el Estado de Bienestar en Europa o el Estado de Justicia Social en Argentina e irradiado a Latinoamérica, tiene respuestas políticas y de diseños estratégicos de nuevos sistemas de dominación y control social
Una fase de la explicación que es la política, es el poder hegemónico de los años 80 tras la Caída del Muro de Berlín que terminó con la guerra fría entre Rusia y EEUU con alguna participación de China, guerras que siempre fueron en terceros territorios, tipo Corea o Vietnam. Ese cambio de ciclo geopolítico fue un estímulo para la ejecución de planes expansivos del mundo Unipolar, sobre los recursos estratégicos a nivel global.
Pero las nuevas herramientas tecnológicas, desarrolladas a partir tanto de la investigación espacial, como desde las ciencias duras, matemáticas, física cuántica, fibra óptica, televisión satelital, internet y redes en todas sus variantes, es el otro aspecto a analizar, a dimensión global.
En lo geopolítico la conformación del mundo Multipolar, la creación de Bloques Regionales o alianzas políticas tipo BRICS+, ASEAN, OCS; Liga Árabe y Africana, UNASUR, CELAC, Unión Europea o Mercosur, con diferentes características, desde comerciales a defensivas, dieron inicio a un desplazamiento del mundo Occidental hacia el Oriente, cambiando el mapa geopolítico y emergiendo el Sur Global como dominante.
Pero esto que hasta ahora fue sólo para los analistas, mientras en los pueblos sucedía la revolución tecnológica de internet y los celulares, verdaderas computadoras que determinan conductas masivas, en determinada dirección, por ejemplo hacia los sistemas financieros, con acceso bancarios, páginas de apuestas, compras a distancia, formas nuevas de comunicación tipo chats, información al instante, manejada, manipulada, tergiversada, con falsas noticias y promoción al odio y la violencia.
La instalación de éste sistema de algoritmos binarios, se reproduce a nivel mundial, constituyendo una nueva arquitectura del manejo de la información, en función de intereses puntuales a pedido de los dueños del poder real, en sus intentos de recuperar la hegemonía perdida, en especial EEUU y Europa.
Pero los avances científicos tecnológicos, sumados ahora a la inteligencia artificial, ya no tienen dueño ni exclusividad y así como la energía nuclear puede producir adelantos en la salud como puede destruir al planeta, la posesión de herramientas propias de información constituye soberanía política, que es la disputa actual, al borde de un conflicto global.
Las nuevas generaciones han crecido en éste marco comunicacional, dominado por el individualismo egoísta, la propensión al placer del tener, como objetivo de vida, sin un mañana posible, lo cual lleva a esas generaciones a un aceleramiento hacia ningún lado, con falta de expectativas de crecimiento por estudios y grandes masas atrapadas en la superficialidad frívola de la confrontación violenta amor-odio.
Por Jorge Rachid
