Todo parece indicar que el valor del dólar subirá hasta el techo de la banda ($1.400). Es lo que esperan muchos operadores del mercado, que toque su máximo valor, para recién ahí volver a vender dólares y buscar hacer tasa en pesos. Se espera que una vez que se rearme el carry trade mengüe la demanda de dólares e incrementen los plazos fijos y otros instrumentos en pesos. Esto último estimulado por altas tasas que, por cierto, no tienen efecto neutro en la economía real. Todo lo contrario.
La elevada tasa que rige al sistema financiero habilitada por el Gobierno en busca de anclar el tipo de cambio es un dolor de cabeza para el mundo productivo por dos motivos: porque afecta a los préstamos personales, por tanto, achica la demanda; y, también, porque imposibilita a las empresas a financiarse para intensificar su actividad. Muchas empresas se enfrentan al dilema de trasladar el costo financiero al precio final o absorberlo perdiendo rentabilidad dado al escenario de consumo planchado.
Cerraron 13.000 empresas pymes, según cifras oficiales
Un importante empresario de la industria de la alimentación comentó en off a este medio que las supertasas que se impusieron hace algunas semanas “son un problema para producir, al ser un costo más”. Además, destacó que esto “nos deja en inferioridad de condiciones” frente a nuestro principal competidor regional, Brasil. “Si con quienes competís tenemos tasas de interés y costos de financiamiento mucho más alto, partimos de una desventaja muy grande”, destacó. Además, esto genera desincentivos para la producción, porque estimula la búsqueda de renta financiera en lugar de inversión productiva.
La difícil realidad del mundo productivo fue enunciada por un miembro del gobierno nacional. El director de la Secretaría Pyme, Marcos Ayerra, dijo en el streaming Inteligencia Empresarial que durante el gobierno de Milei cerraron 13.000 empresas pymes -declaraciones que pondrían de salida al funcionario, según comentan-. Lo cierto es que el combo alto costo de financiamiento más apertura importadora hace que la competencia sea muy despareja con economías que tienen otros costos internos.
El 70% del consumo de textiles tiene componente importado
Uno de los sectores más golpeados por la política del gobierno anarcolibertario es la industria textil. Las cifras del sector son alarmantes, “6 de cada 10 máquinas están paradas en las fábricas textiles”. Quien lo dice es Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer quien explicó a LNM que tienen “un nivel de inactividad muy alto”, luego de que en el período 2021-2023 tuvieran “inversiones récord” que ampliaron la capacidad industrial.
Si bien los relevamientos oficiales muestran que la industria textil mantiene niveles positivos respecto al 2024, Glifone comenta que esto se debe a que la base de comparación es muy baja. La comparación correcta es contra el año 2023 y ahí “todavía se encuentra -10% por debajo de esos niveles”. Para este sector que explica más de 500 mil empleos, hay cuatro factores que son terminantes en la “prolongada recesión”, comentó el empresario textil.
Por un lado, destacan la pérdida de poder adquisitivo que se manifiesta en una caída de las ventas; por otro, las supertasas impiden dar cuotas sin interés y afectan los costos de las empresas; los otros dos factores tienen que ver con el sector externo y el tipo de cambio. Mientras la apreciación cambiaria dificulta exportar los excedentes que no se venden en el mercado interno por la caída de las ventas, asimismo, dólar barato más apertura importadora inundan el mercado de importaciones.
Crece el volumen importado y la subfacturación
En el mismo sentido se expresó Raúl Zylbersztein, vicepresidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina. Si bien el empresario destacó que la agenda de problemáticas de los miembros de la cámara es variada, la caída de la demanda es transversal y el aperturismo afecta a gran parte. Además, destacó que producto del levantamiento de controles de parte de aduana se subfacturan las compras al exterior, “hay mucho negro en la importación”.
Las importaciones del rubro textil o marroquinero subieron en volumen, pero cayeron en plata, denunció. Se declara menos de los que efectivamente se compra, al punto tal que en el sector marroquinero “el stock de mochilas, valijas y carteras se ha importado, en solo 6 meses, el volumen para abastecer al mercado por los próximos 5 años”. Con lo cual hay sobre stock de mercadería.
Las facilidades para importar, más la apreciación del tipo de cambio hacen que emerjan nuevos jugadores por el lado de la importación, con un boom en la importación de “chucherías”. Una de las canaletas por donde se drenan los dólares de la economía argentina.
fUENTE: lA Nueva Mañana