NO EN TODO EL MUNDO SE GIRA A LA DERECHA…

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El pasado 17 de mayo fue inaugurado en Burkina Faso el imponente Mausoleo Thomas Sankara en homenaje al gran patriota panafricano.

Sankara fue presidente de esa nación africana, líder de una revolución popular a partir del 4 de agosto de 1983, cuando apenas tenía 33 años y era Capitán del Ejército.

El país fue una colonia francesa desde fines del siglo XIX y tras declarar su “independencia” en el año ’60 pasó a llamarse Alto Volta, la revolución le cambió su nombre por Burkina Fasso que en la lengua de los pueblos originarios significa “Tierra de los hombres íntegros”.

Sankara fue un revolucionario íntegro.

Su gestión se destacó entre otras cuestiones por alcanzar el autoabastecimiento alimentario de una población empobrecida al extremo, rechazar préstamos del Banco Mundial y el FMI, proteger el medio ambiente y consagrar los derechos y el protagonismo activo de la mujer en la vida política y social.

El 2 de octubre de 1983 -apenas dos meses después de la toma del gobierno- manifestó en un discurso público: “hablar de la emancipación de la mujer no es un acto de caridad o un arranque de humanismo. Es un requisito fundamental para el triunfo de la revolución. Las mujeres sostienen la otra mitad del cielo”.

Desde el inicio de su gobierno, tres compañeras integraron su gabinete: Adele Quedraogo (Economía), Rita Sawadogo (Deporte) y Josephine Quedraogo (Desarrollo de la Mujer y Solidaridad Familiar), cuando en 1987 fue derrocado por las fuerzas reaccionarias ya eran 5 las mujeres al frente de los Ministerios.

Caso único en el continente africano y en gran parte del mundo.

Repartió tierras entre los campesinos pobres, fomentó el cultivo y realizó obras de riego, en cuatro años Burkina Fasso había alcanzado la autosuficiencia alimentaria.

Con el apoyo fraternal de médicos cubanos desarrolló una fenomenal campaña de vacunación contra la poliomelitis, meningitis y sarampión, en una semana logró vacunar 2.500.000 compatriotas.

Creó escuelas rurales e implementó un eficaz plan de alfabetización.

Fundó la llamada Cosecha Popular de Viveros Forestales, organizando 7000 viveros comunitarios para la plantación de millones de árboles.

Al estilo de la prédica de Juan Perón en Argentina, insistía en que “Hay que consumir lo que producimos y producir lo que consumimos” y a menudo daba el ejemplo de lo absurdo que era cosechar el algodón y luego tener que comprarlo en un paquete en la farmacia manufacturado en el exterior.

Construyó infinidad de viviendas populares, caminos y 700 kilómetros de vías férreas sin ayuda extranjera, planificadas para extraer y transportar recursos naturales propios como el manganeso.

Solía decir que el oro que había en su tierra solo iba a ser explotado cuando el propio país tuviera capacidad para hacerlo, de lo contrario era entregárselo a las multinacionales extranjeras.

Bregó incansablemente por la Unidad Africana convocando a no pagar las deudas externas y terminar con el neocolonialismo.

Demasiadas razones para alentar enemigos dispuestos a planificar su desplazamiento y asesinato.

El 15 de octubre de 1987 los mataron los sicarios del militar golpista Blaise Compaore que a partir de ese acontecimiento volvería a entregar a Burkina Fasso a los brazos de Francia revirtiendo todas las políticas instrumentadas por la revolución.

Otros 12 funcionarios también fueron asesinados, las 13 tumbas los recuerdan ahora en el interior del Mausoleo construído en el mismo sitio en el que fue asesinado Sankara.

Compaore gobernó tiránicamente durante 27 años, hasta que una movilización de más de 2 millones de burkineses le arrancaron el poder en 2014. Con ayuda del presidente socialista francés Francois Hollande lograron rescatarlo para que pudiera refugiarse en Costa de Marfil.

En octubre de 2021 se inició el juicio al aparecer los testimonios de testigos del asesinato de Sankara que cuentan como los servicios de inteligencia franceses fueron al día siguiente de su muerte a “limpiar” el escenario, destruyendo escuchas telefónicas que demostrarían las conversaciones entre agentes franceses del gobierno que por entonces presidía el socialista Francois Miterrand y los militares golpistas que contaron con el apoyo del gobierno títere de Costa de Marfil.

Treinta años antes, el mismo Miterrand había dicho: “Sin Africa, Francia no tendrá historia en el siglo XXI”.

La revolución liderada por Thomas Sankara fue el último desafío serio a la dominación neocolonial francesa que hasta el día de hoy sigue asegurando parte de su bienestar con los metales que sus multinacionales extraen de la República Centroafricana, el petróleo de Gabón, el algodón y el oro de Burkina Fasso y Malí y el uranio de Níger.

Sin ese saqueo de su “patio trasero”, Francia no tendría seguridad energética.

Pero el mayor homenaje a Sankara es que hoy gobierna Burkina Faso un joven patriota que ha retomado sus ideales y los lleva a la práctica, es el Capitán Ibrahim Traore, el presidente más joven del mundo -37 años- que poco a poco se va transformando en emblema de esperanza emancipadora para varias naciones del sufrido continente africano.

Tiempo antes de su asesinato supo advertir como premonición el gran Sankara: “Pueden matarme, pero otros vendrán”.

Por: Hector Amichetti

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