LA POLÍTICA AGRARIA DE ARTIGAS O EL MIEDO DE LOS SACIADOS

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José Gervasio Artigas es, sin lugar a dudas, uno de los patriotas latinoamericanos más denostados por la Historia Oficial. Bartolomé Mitre -fundador de la historiografía liberal argentina- y patriarca del relato oficial lo consideraba un “bárbaro desorganizador”, “facineroso”, “déspota sanguinario” y se jacta de “haberlo enterrado históricamente”.


Sus modernos epígonos han moderado la adjetivación de don Bartolo y han llevado adelante la sofisticación del viejo relato liberal mitrista sobre Artigas. Para ello han apelado a la deformación histórica: han presentado a don José solo como un caudillo “uruguayo”. Cabe preguntarse entonces: ¿Por qué tanto odio y tantas mentiras le dedican los poderosos de ayer y de hoy?
El secreto paracomprender el odio de los poseedores consiste en conocer el programa artiguista. Este se basaba en seis puntos centrales: democracia e igualitarismo, protección a la industria local,apertura de puertos para quebrar el monopolio porteño, una política hispanoamericana, resistencia frente al absolutismo español y al imperialismo inglés y una revolucionaria política de distribución de tierras. Este último punto será el motivo central del presente artículo.
Para entender mejor este asunto debemos mirar el annus mirabilis de 1820. Luego de diez años de heroica lucha la suerte de Artigas estaba echada. Los poderosos estancieros le habían quitado su apoyo. No podían soportar las proyecciones revolucionarias de su política agraria. Por eso debemos detenernos en ella yanalizarla.
El 10 de septiembre de 1815 Artigas da a conocer, desde su cuartel general, el Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el fomento de su campaña y seguridad de sus hacendados. En este extraordinario documento se afirma, por ejemplo, en el artículo 6º, que “(…) por ahora el Sr. Alcalde Provincial y demás subalternos se dedicarán afomentarcon brazos útiles lapoblación de la campaña. Para ello revisará cada uno,en sus respectivas jurisdicciones,los terrenos disponibles; y los

sujetos dignos de esta gracia, con prevención que los más infelices serán los más pri vilegiados. En consecuencia, los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres todos podrán ser agraciados con suerte de estancia, sí con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y a la de la provincia”.
Los poseedores -rápidos de reflejos para detectar a sus enemigos de clase- se horrorizaron frente a estos planteos y decidieron combatirlo hasta el final. Sabían que la política del protector de losPueblos Libresno sea gota ba en la Patria Chica, sino que, por el contrario, tenía proyecciones continentales y que estaba dispuesto a resistir los embates tanto de la guerra civil como de la invasión extrajera.
Y para resistir había que poner todos los recursos materiales a disposición. En el artículo 12 del citado reglamento dice: “(…) los terrenos repartibles son todos aquellos de emigrados, malos europeos y peores americanos que hasta la fecha no se hallen indultados por el jefe de la Provincia para poseer sus antiguas propiedades”.Y esta línea deacciónseratifica en elartículo19: “(…)los agraciados,nipodrán enajenar,ni vender estas suertes de estancias, ni contraer sobre ellas débito alguno, bajo la pena de nulidad hasta el arreglo formal de la Provincia, en que ella deliberará lo conveniente”.
Nadie mejor Alberto Methol Ferré para valorar las proyecciones de esa política hacia el futuro. Afirma el gran maestro oriental: “(…) No hay duda que la reforma agraria artiguista tuvo enormes proyecciones y puedo apuntar que aun en 1884 a Bustamante le sorprendía la osadía de quienes reclamaban derechos invocando donaciones de Artigas. Y de muestra final, baste indicar que todavía hoy el Banco Hipotecario del Uruguay no conside ra válidas las salidas fiscales originadas en mercedes de tierras del gobierno de Artigas y sí acepta, por ejemplo, las provenientes del ocupante portugués Barón de la Laguna”
En síntesis, debemos ver la política agraria de Artigas en el marco político que la contiene.Él nunca luchó por la independencia de la Banda Oriental.Vivió,soñó y luchó por una provincia federal que forme parte de una Confederación unida al resto de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Hoy se impone volver a la figura de Artigas despejando el camino de las mentiras, omisiones y deformaciones que sobre él han realizado los historiadores del coloniaje. Artigas fue un verdadero caudillo de masas hispanoamericano, Protector de los Pueblos Libres,defensor de las clases subalternas, enemigo de la burguesía mercantil del puerto de Buenos Aires, del absolutismo español y de la rapacidad británica.
Artigas fue un verdadero patriota latinoamericano.

Por Maxiliano Molocznik

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