Santiago Cascielles, uno de los fundadores del partido La Libertad Avanza, se alejó del espaciopolítico liderado por Javier Milei, criticando fuertemente las contradicciones de su líder. Mientras Milei consolida su imagen internacional bailando con Donald Trump y promoviendo su agenda libertaria, Cascielles denunció que en Argentina “se cagan de hambre”. Su declaración refuerza las crecientes críticas hacia Milei, a quien acusan de tener un discurso cargado de promesas irreales y políticas que podrían profundizar la desigualdad social.
Cascielles afirmó sentirse decepcionado por el rumbo que tomó el partido y señaló que muchos de los ideales iniciales han sido traicionados. A esto se suman otras voces disidentes dentro del espacio libertario, que han denunciado conductas autoritarias y una falta de autocrítica por parte del economista. Esta crisis interna no solo debilita la cohesión de La Libertad Avanza, sino que también expone la fragilidad de su estructura política.
El camino de Javier Milei parece estar plagado de contradicciones y divisiones internas que podrían llevar a su debilitamiento definitivo. La renuncia de figuras clave como Cascielles y el rechazo creciente dentro de su propio espacio dejan al descubierto un liderazgo que se desmorona. Sin una base sólida y con críticas que trascienden el ámbito político para convertirse en cuestionamientos éticos y sociales, el proyecto de Milei corre el riesgo de convertirse en un fenómeno efímero, un espejismo político que desaparecerá tan rápido como surgió. Su “revolución de las ideas” podría terminar siendo recordada más por su retórica vacía que por un cambio real