El real estate y la construcción se preparan para 2025 y apuntan a una suba en el valor de las propiedades

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El Gobierno anunció esta semana la implementación de hipotecas divisibles para inmuebles destinados a proyectos inmobiliarios, una medida diseñada para dinamizar el sector inmobiliario y de la construcción.

De cara a 2025, las expectativas tanto de los desarrolladores como de las empresas que se dedican a la producción de materiales para la construcción apuntan a una recuperación de ambos rubros y una mejora en el valor de las propiedades.

Días atrás el Banco Hipotecario realizó un evento exclusivo afirmándose como el “Banco del hogar”, liderando el segmento de créditos para la vivienda. Al evento participaron miembros de IRSA e importantes líderes del sector de la construcción como Carlos ISLA, CRIBA e ILVA S.A en donde dialogaron entre sí sobre las expectativas que generó la nueva medida y las perspectivas hacia el 2025.

Perspectivas 2025 para el real estate y la construcción

Durante todo el evento, se destacó la baja de la inflación, una incipiente recuperación económica en los últimos meses del año y la mejora en los salarios. “El escenario más probable es que la economía crezca”, explicaron al inicio del panel. Los desarrollistas arrancaron celebrando la medida de las hipotecas divisibles: “Venimos hace muchos años de un mercado de inversores, eso produjo un stock de unidades chicas y lo que vamos a ver ahora es que los usuarios van a demandar otro tipo de productos y esto para los desarrollistas es una gran oportunidad“, explicó Jorge Cruces, representante de IRSA.

En la charla, se destacó el potencial que hay hacia adelante con el impulso de los créditos hipotecarios debido al porcentaje bajo de créditos hipotecarios vs PBI comparado al resto de la región. Para dar una idea, el crédito hipotecario en la Argentina representa apenas el 0,2% del PBI y es el porcentaje más bajo en 80 años. En América Latina representa entre el 5 y el 10% del PBI (en Chile se acerca al 30%).

En ese sentido, el sector inmobiliario y de la construcción remarcaron que en 2025 “van a seguir subiendo los precios” de las propiedades y va a haber una “competitividad” en el desarrollo.

“Hubo un cambio con los desafíos. Los del año pasado estaban en tener stock en la distribución, este año el foco está puesto en la competitividad”, remarcó el representante de CRIBA, Santiago Tarasido.

El real estate y la construcción unidos por la baja de impuestos

En otro tramo de la charla, se destacó el peso de la carga fiscal sobre las propiedades. “Es de 45% la carga fiscal en el sector inmobiliario. En construcción, solo por ingresos brutos se aplica en cadena a los insumos y es del 14% del total de los precios. Es un impuesto que en Uruguay no existe”, remarcó Santiago Tarasido de CRIBA.

Por su parte, Alejandro Renghini de ILVA S.A (empresa que se encarga de fabricar cerámica de tipo porcellanato, técnico y esmaltado) aseguró que no es posible pasar el impuesto al costo. “Las unidades no aumentaron, pero los costos sí”, sumó.

Por último, desde su sector habló del impacto de la apertura de las importaciones. “La mano de obra es lo que más incide en los costos, al igual que la apertura de importaciones. Lo que tiene que generar competencia con el exterior, es del 50% de impacto directo a una industria a nivel nacional”. El real estate y la construcción se pusieron de acuerdo en algo básico: la baja de impuestos será el camino para mejorar la competitividad.

Fuente: Ambito Financiero

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