Fue unas horas antes de que el INDEC diera a conocer los números de la pobreza en esta dolorida Argentina sometida fatalmente al régimen de Milei.
En su intervención ante la Asamblea de la ONU y en clara alusión al espantapájaros que preside nuestro país, el presidente colombiano Gustavo Petro expresó: “Gritan ‘Viva la libertad carajo!’ pero es solo la libertad del 1% más rico”.
Ayer la noticia fue que unos 25 millones de compatriotas, el 52,9% de nuestra población vive en la pobreza, un 12,8% más que en el primer semestre del año pasado, cuando gobernaba el Frente de Todos.
En el mes de abril de este año, la revista Forbes publicó el listado de las personas más ricas mundo, allí figuran seis argentinos: Marcos Galperín, Paolo Rocca, Alejandro Bulgheroni, Gregorio Perez Companc, Eduardo Eurnekian y Eduardo Constantini, quienes en conjunto acumulan una fortuna que asciende a los 25.100 millones de dólares. Al observar el detalle individual se puede comprobar, por ejemplo, que Eurnekian triplicó su patrimonio en un año y Rocca lo duplicó.
Conclusión: mientras las cifras de pobreza aumentan de manera alarmante, en el mismo período y de manera simultánea se acrecienta la riqueza de un puñado de millonarios que, casualmente, han logrado ubicar a varios de sus empleados como funcionarios en distintas áreas del gobierno.
Algo similar ocurre con las grandes empresas de alimentos, mientras el pueblo que se empobrece consume mucho menos, ellas incrementan los precios de los productos de primera necesidad aumentando considerablemente su facturación y sus ganancias.
No sirve lamentarse por el aumento de la pobreza, hace falta rebelarse contra esta nueva oligarquía económico-financiera que ha promovido el endeudamiebto externo como mecanismo de opresión y la fuga de capitales como instrunento de vaciamiento nacional.
De Evita aprendimos que en el combate contra esa raza de explotadores no puede haber jamás bandera blanca, de Perón que solo el pueblo organizado puede asegurar la victoria.
Si sabemos cual es el origen de la pobreza y la desigualdad, solo hace falta recuperar el coraje para combatir a quienes se benefician con tanta justicia.
or Héctor Amichetti