Trump se diferencia de Milei y propone aranceles para industrializar el país

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Donald Trump ha intensificado su discurso proteccionista al proponer un arancel del 100% sobre los automóviles fabricados en México, buscando repatriar la producción automotriz y evitar que las empresas estadounidenses trasladen sus operaciones al extranjero. Esta medida forma parte de su visión para una “nueva industrialización estadounidense”, donde la manufactura y los empleos regresen al país a través de la imposición de fuertes aranceles y la oferta de incentivos para empresas que decidan producir dentro de Estados Unidos.

El expresidente enfatizó que su meta es convertir a compañías extranjeras, como las automotrices alemanas, en fabricantes estadounidenses. Su enfoque se basa en obligar a las empresas a trasladar su producción a Estados Unidos para evitar el elevado arancel, una estrategia que podría alterar significativamente la industria automotriz global, ya que muchas automotrices producen vehículos en México debido a los menores costos de mano de obra y las facilidades otorgadas por el acuerdo comercial entre EE. UU., México y Canadá (T-MEC), que el mismo Trump renegoció.

Trump señaló que las compañías alemanas, como BMW, Mercedes y Volkswagen, ya tienen grandes operaciones en Estados Unidos, pero su intención es ampliar aún más esta producción. Empresas como BMW ya operan una enorme planta en Carolina del Sur, que emplea a 11,000 personas y produce más de 1,500 SUV diariamente, no solo para el mercado estadounidense, sino también para exportación a más de 120 países.

Diferencias con Javier Milei

A diferencia de Javier Milei, quien aboga por una política de mercado completamente abierta, sin intervención estatal y con una clara oposición a los impuestos y retenciones, Trump adopta un enfoque pragmático que incluye la aplicación de aranceles y medidas proteccionistas. Mientras Milei sostiene que la libertad económica absoluta es el camino para el crecimiento, Trump no descarta la intervención del Estado cuando se trata de proteger y desarrollar la industria nacional.Esta diferencia clave entre ambos líderes subraya que Trump está dispuesto a imponer barreras comerciales para garantizar que las fábricas y los empleos se queden en Estados Unidos, mientras que Milei rechaza cualquier tipo de intervención que interfiera con las fuerzas del mercado.

Incentivos adicionales

Además de los aranceles, Trump propone una reducción del impuesto corporativo del 21% al 15%, pero únicamente para las empresas que fabriquen en territorio estadounidense. También sugirió crear una figura diplomática especial —un “embajador industrial”— encargado de atraer inversiones extranjeras a Estados Unidos, ofreciendo terrenos federales como incentivo. No obstante, esta promesa enfrenta posibles restricciones legales, como las regulaciones de la Oficina de Administración de Tierras que limitan el alquiler de terrenos a empresas extranjeras.

Trump también sugirió que, de ser elegido, eliminaría ciertas regulaciones ambientales para aumentar la producción de energía en el país, otra medida que, según él, impulsaría el crecimiento industrial y económico de Estados Unidos.

En resumen, la visión económica de Trump se centra en una mezcla de proteccionismo, incentivos fiscales y medidas intervencionistas para fortalecer la manufactura estadounidense, en contraposición con las políticas de libre mercado promovidas por figuras como Javier Milei limitándose las coincidencias a aspectos estéticos y discursivos.

Fuente: Primereando Las Noticias

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