El cardenal dejó un mensaje en la previa de la celebración. Invitó a la comunidad a vivir este tiempo con hondura, sencillez y una actitud de escucha.
En su mensaje de Navidad de 2025, el arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi, invitó a la comunidad a vivir este tiempo con hondura, sencillez y una actitud de escucha.
El prelado destacó que la Navidad es esencialmente una “fiesta de niños” porque es el “Niño con mayúscula” quien nos visita para hacerse cargo de nuestra carne herida.
Rossi animó a los fieles a rescatar al niño que habita en el propio corazón, el cual muchas veces la vida adulta tiene arrinconado o amordazado, impidiéndole jugar y cantar,.
Para el cardenal, acercarse al pesebre implica el deseo de limpiar nuestra mirada y recuperar la capacidad de asombro.
La metáfora de Belén
En sus palabras, Belén no debe entenderse solo como una ciudad, sino como un “rincón del corazón humano” donde nuestra infancia es permanentemente cuidada.
Rossi también reflexionó sobre la bondad, distinguiendo la de los inocentes de aquella de los “caídos perdonados”, describiendo a esta última como una conquista ardua de la madurez que requiere “doblar el espinazo del orgullo”.
Hacia el final de su mensaje, el arzobispo compartió una emotiva anécdota sobre un padre que observa a su pequeña hija armando el pesebre, lo que lo lleva a preguntarse en qué “esquina del tiempo” perdió su propia alegría.
Un pedido especial
El cardenal pidió rezar especialmente por quienes han acumulado “montañas de cansancio” y han perdido la pureza necesaria para entrar por la puerta pequeña del Reino. Finalmente, deseó a todos una celebración en paz y familia, llena de esperanza para el año venidero.
Recuperar la infancia espiritual frente al pesebre es como quitarse una pesada mochila de adulto al llegar a casa: nos permite volver a movernos con una ligereza y una alegría que creíamos olvidadas bajo el peso de las responsabilidades.
Fuente: La Voz



