Por la ley 26639 de 2010, se establecen presupuestos mínimos para protección de los glaciares y el ambiente periglaciar. Su objetivo es preservar estas masas de hielo como reserva estratégica de aguas; protege la biodiversidad y se mantiene como fuente de información científica y de atractivos turísticos por la belleza de sus paisajes.
Los glaciares son la reserva de recursos hídricos -necesitados por buena parte del mundo-, para consumo humano y recarga de cuencas hidrográficas.
Se crea el inventario nacional de glaciares, a través de IANIGLA (Instituto Argentino de Nivología y Glaciología).
La ley prohibe las actividades como la instalación de proyectos mineros y obras de ingeniería no científicas en las zonas de los glaciares y periglaciares.
Como ya expresamos la ley presenta a los glaciares como reserva de agua dulce que, a menudo, tienen contaminantes, bacterias, virus y parásitos congelados durante mucho tiempo y no conviene beber sin controlar el nivel de contaminación.
Los glaciares almacenan el 75% del agua dulce del mundo. En Argentina se distribuyen a lo largo de casi 4.000 kms. de la Cordillera de los Andes, desde el NO hasta el S del país.
En el PARQUE NACIONAL LOS GLACIARES (Santa Cruz), habitan unos 47 glaciares siendo los más importantes:
-el Perito Moreno, que es el único que avanza a nivel mundial
-el Viedma, que es la tercera masa de hielo más grande del planeta
-el Upsala, que es el más largo
-el Spegazzini, que es el más alto
En el PARQUE NACIONAL LOS ALERCES (Chubut)
-el Torrecillas
-el Esperanza N
En Tierra del Fuego (Ushuaia)
-el Martial, que es el más pequeño
Existen glaciares en 12 provincias, aunque son más pequeños pero fundamentales en cuanto a la provisión de agua potable.
Rio Negro, Neuquén y Chubut: en la región de los Andes del N de la Patagonia como el glaciar Castaño Overo, en Río Negro.
Mendoza: cuenta con glaciares como el Horcones Superior e Inferior y glaciares importantes que parten del volcán Aconcagua.
San Juan: alberga glaciares en la cordillera, incluyendo uno notable en el Dpto. Calingasta.
Neuquén: tiene glaciares asociados a la cordillera, como los del volcán Lanin.
Andes desérticos: Salta, Jujuy, Tucumán y Catamarca albergan glaciares desérticos de gran altitud, algunos de los cuales son de escombros y se encuentran en cumbres que alcanzan los 5.000 metros sobre el nivel del mar.
El topo, embarcado en los negocios espurios que le presentan sus amigos y, en su apuro por juntar dólares para el pago de los intereses de la deuda externa, informó que procederá a confeccionar un DNU por el cual modificará la ley 26639, relajando los decibeles respecto de la protección que tienen.
Por el art. 1 y 2 de dicha ley, se habilitaría la actividad económica en la zona periglaciar.
AMBIENTES PERIGLACIARES:
-alta montaña: es el área de hielos congelados que actúa como regulador del recurso hídrico
-en la media y baja montaña: es el área que funciona como reguladora de recursos hídricos con suelos saturados de hielo.
Las normas a cambiar provocarán la destrucción impune de bosques y glaciares, entre otros ecosistemas:
San Juan, cuenca del río Jáchal
y el rio San Juan (S), como el glaciar Tombillas en el N, cerca de la cumbre del cerro homónimo.
Mendoza: se encuentran en la porción S de la provincia. También, dentro de la cuenca del rio San Juan y en el sistema del rio Plomo (cuenca del rio Mendoza).
Otros: al igual que en el Sur son comunes los glaciares cubiertos de sedimentos.
El Presidente adelantó que cada provincia deberá determinar la zona periglaciar, lo que abriría las puertas a proyectos petroleros y mineros, hoy prohibidos.
Según dijo, los particulares que usen de varias maneras el agua potable, explotarán los minerales que residan en los glaciares (especialmente aquellos como el Deuterio del que ya mencionamos en artículos anteriores y que se utilizan en reactores de fisión).
Los glaciares contienen principalmente materiales inertes de hielo, nieve, rocas, sedimentos y agua líquida.
El agua de glaciar tiene bajo contenido de sodio y es rica en calcio y magnesio.
La minería a gran escala genera mucho menor trabajo del que se suele enunciar.
En la construcción de una mina se contratan cientos de operarios por 2 o 3 años pero luego, la plantilla se reduce drásticamente.
Los puestos técnicos quedan generalmente en manos de personal que llega de otras provincias o del exterior. Como resultado se consolida una economía dependiente de una sola empresa, sin diversificación productiva ni beneficios duraderos.
El Plan orquestado por el topo apunta, por un lado, a la destrucción y, por el otro, a entregar los recursos naturales a los apetitos de la Sinarquía Internacional.
Están comprometidos la salud de las poblaciones cercanas a los glaciares, porque, en la mayoría de los casos, en estos reservorios se extrae el agua potable para suministrar a la población.
Los glaciares contaminados por la acción de la minería invasiva conducen a acabar la vida de las comunidades.
Es menester impedir este avasallamiento de las empresas extractivistas y de los gobiernos proclives ya que por un dinero que cambiará rápidamente de manos, se tira a la marchanta la vida de los argentinos.
Es responsabilidad de todos los que abrazamos los principios justicialistas y la de los que luchan por la causa nacional y popular, respaldar la protesta de las comunidades que habitan muy cercanos a los glaciares y, junto con ellos, apartar para siempre las pretensiones monetaristas de los funcionarios de LLA y de sus aliados y de las empresas mineras multinacionales acostumbradas a ocupar espacios y apropiarse de los recursos naturales de los países en desarrollo.
Por Elena Marta Curone



