Los triunfos y derrotas son parte de la acción política democrática, camino en el cual el peronismo siempre llevó como llave de acceso al poder, sin proscripciones, ni alianzas dictatoriales.
Esa concepción unívoca, nos debe llevar a la reflexión profunda de los objetivos doctrinarios, políticos y filosóficos, que no sólo han sustentado al Movimiento Nacional, sino que permiten una construcción del pensamiento que conforma la cultura compartida de Patria Matria Grande.
Para que ese camino sea permeable al conjunto de los compatriotas, Perón dejó plasmado su concepto de Comunidad Organizada, en el Congreso de filosofía de Mendoza en 1949. Esa concepción fue realizada en función de derrotar al “sistema demo liberal burgués” que acota al pueblo a votar, sin ser partícipe pleno del proceso democrático, transformado en testigo.
Mientras el peronismo propugna el Poder Popular instituyente, con derechos y herramientas constitucionales, plebicitos vinculantes y convocatorios, que le permitan tutelar el manejo del Gobierno electo, en su andar cotidiano.
La militancia territorial es un elemento central del despliegue necesario, que permita la construcción como Comunidad empoderada de su rol, de hacerse cargo del poder político de cada localidad o sindicato o movimiento social, pero entendiendo la segmentación militante de pertenencia, dentro de una estrategia de conjunto del Movimiento Nacional, pero alejando la fragmentación confrontativa de agrupaciones y sectores en su dispersión por luchas personales o de espacios, situaciones que siempre son funcionales al enemigo.
La unidad de concepción siempre es estratégica, llevada al eje programático de cada elección como propuesta de campaña, al conjunto del pueblo argentino. De esa manera se podrán expresar desde los objetivos de alianzas internacionales, en el marco de la propuesta de la Tercera Posición que nos permita integrarnos al mundo multipolar, BRICS+, OCS, CELAC, ASEAN, hasta los aspectos que fortalecen al Estado como ordenador social, hacia un Modelo Social y Productivo Solidario Biocéntrico de Justicia social y Soberanía plena, en la construcción de la Patria Grande.
Somos los peronistas parte del Movimiento Nacional, culturalmente integrado por la solidaridad social compartida, que el enemigo de siempre EEUU y su colonización, como el Gobierno claudicante actual, han intentado destruir, desde borrar su memoria histórica hasta su identidad como pueblo. Esas son las llaves del coloniaje, que ha elegido al peronismo como principal escollo a su proceso de dominación en Latinoamérica, consolidando la dependencia que han sabido crear desde el Consenso de Washington, en donde el Mercado rige como ordenador social, en base a un modelo macro económico, alejado de las necesidades e intereses del pueblo argentino.
Esa consolidación de la dependencia, no pudo ser fracturada aun en la etapa de los 12 años de Néstor y Cristina, más allá de los avances sociales conseguidos y del proceso de desendeudar al país, ambas cuestiones que fueron enterradas en el proceso de recuperación reaccionaria del coloniaje de Macri y Milei.
Por esa razón es importante reafirmar los objetivos revolucionarios del peronismo, que no son violentos, sino procesos democráticos emancipadores, como están transitando otros países hermanos que confrontan con el enemigo principal que intenta en cada etapa, construir una base de recursos naturales para su propia estrategia de dominación, con bases militares incluidas en nuestro marco territorial, en especial en el Atlántico Sur, con asentamiento en Tierra del Fuego, en combinación con la OTAN/Inglaterra en Malvinas.
Podemos integrarnos al mundo, pero nunca depender de ningún país, para nuestro proyecto nacional dentro del Modelo Argentino, ya propuesto hace 48 años, para defender la Patria de la voracidad del imperialismo, como lo planteó Perón el 1° de mayo de 1974, como discurso inaugural del Presidente ante el Parlamento.
Desde ahora debemos discutir puertas adentro, la propuesta que haremos al pueblo argentino, para recuperar valores y virtudes perdidas en el posibilismo de militancias, que sólo vislumbran cosechas, mientras que la mayoría agitan con alegría la siembra de utopías y esperanzas, sin esperar cosechas, llenado las mochilas de proyectos y sueños asentados en la escucha permanente en el barrio, el trabajo, la calle, construyendo la Comunidad Organizada que nos hará libres para siempre de tutelajes de dirigentes, encerrados en sus despachos que desconocen la realidad cotidiana del pueblo.
CABA, 7 de noviembre de 2025
Por Jorge Rachid



