En un nuevo episodio de instrucción epistolar la presidenta Cristina Fernández ha analizado los resultados de la última elección. En su carta comienza con un registro de las últimas elecciones intermedias en las que perdieron los oficialismos: en la presidencia de de la Rua y de Alberto Fernández. Omite mencionar la derrota en la provincia de Buenos Aires en el año 2009. Esta omisión es importante por el punto que sigue en la misiva cuando, en su análisis, atribuye la derrota al desdoblamiento de elecciones en la Provincia de Buenos Aires. El razonamiento es contra fáctico y en consecuencia tentador y peligroso. En particular contrapone los resultados favorables de Jaldo y Jalil con la derrota de Kicillof. Sin embargo esos triunfos electorales no significan un posicionamiento nacional ante el gobierno de Milei, según los lineamientos de la carta. Jaldo y Jalil acompañaron las iniciativas de Milei desde el comienzo de su gestión. En particular Jaldo ha anunciado que acompañará la reforma laboral que ha anunciado el gobierno.
La pregunta es: si no hubiera existido el desdoblamiento (que de hecho existía por los distintos métodos de cada elección) ¿se habría ganado la elección nacional o perdido la provincial? La realidad es que la diferencia de la LLA no se hizo en la provincia de Buenos Aires. Ya habíamos señalado el riesgo de supeditar un resultado nacional al resultado en Buenos Aires, un AMBA-centrismo equivocado. Quizás la expresión más representativa de esta posición es cuando Mayra Mendoza dice que “el conurbano salvará la patria”.
Un punto es que las elecciones provinciales son irrelevantes para EEUU y el apoyo surgió para la elección nacional, lo que relativiza el argumento del miedo por el desdoblamiento.
También analiza Cristina la dualidad del Poder Judicial, lo que no es algo nuevo y no afectó particularmente esta elección. Este punto de la carta importa por lo que enseguida se considera.
Por último rescata la idea de unidad, de importancia para el peronismo. Sin embargo no va en ese sentido la disputa que mantiene con el gobernador Kicillof. Es como si la unidad del peronismo dependiera de la subordinación.
En LLA también ha habido novedades luego del triunfo electoral. El viernes Milei postergó para la noche el almuerzo previsto al mediodía con el presidente Macri. En el ínterin se produjo la renuncia de Francos con la consecuente designación de Adornis como Jefe de Gabinete y la de Santilli en el Ministerio del Interior. Se registró además el pase de diputados del PRO al bloque de LLA, lo que acerca este bloque a ser la primera minoría. Estos cambios debilitan la posición de Macri para una negociación y provoca su desgaste.
Esta situación abre un interrogante al futuro sobre el significado del poder. Macri es hijo de una clase que ha dominado en el país. Su influencia en el Poder Judicial se mantiene. Entonces ¿Milei es el delegado de un nuevo centro de poder que pretende disputar esa posición dominante?
La llegada de Peter Lamelas al país y sus declaraciones previas han puesto de manifiesto el interés de EEUU en controlar nuestro país en el marco de su conflicto con China. Por lo pronto el gobierno desactivó el proyecto de la red de radares de observación del espacio profundo abandonando la instalación de equipos en el complejo El Leoncito.
Es indispensable la reflexión del movimiento nacional si es que pretende tener presencia en un futuro cercano, trascendiendo lo testimonial. La cuestión no es solo electoral. El “no a Milei” claramente no ha sido suficiente y la construcción de un proyecto que trascienda la elección 2027 aparece como difícil pero es indispensable. En tiempos pasados, por ejemplo, la historia de los ferrocarriles argentinos de Scalabrani Ortiz fue un aporte importante para desentrañar los mecanismos de dominación británica.
Es necesario analizar los nuevos mecanismos de dominación, basados en nuevas tecnologías más poderosas, para encontrar los caminos de la independencia. Nuestro destino como nación depende de ello.
Cerramos con un texto de Ernesto Sábato: “Tenemos que ser nación. No debemos resignarnos al papel mediocre y humillante de ser una granja, una colonia o una factoría de pueblos imperiales, por cómoda y dorada que sea esa servidumbre par una clase privilegiada”.
Por El Equipo de Perspectivas Desde El Sur



