Más que un análisis, lo que se ha realizado es una autopsia de la economía argentina, y los resultados son alarmantes. Se conocieron los datos de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, y la diferencia de ingresos sigue siendo abismal: 13 veces es la diferencia entre el decil más bajo y el más alto. La brecha de género en los salarios también persiste, con el trabajo de la mujer remunerado mucho menos que el del hombre.
Los indicadores del EMAE en julio de este año fueron incluso menores que los del 2024, que ya eran valores muy bajos. La industria sigue en caída libre, y la capacidad instalada utilizada solo llega al 58,2 %, muy por debajo del 65 % que teníamos en el mismo mes de 2023. Mientras tanto, la inflación sigue siendo persistente, y se espera que la nueva medición supere el 2 % mensual referenciándonos en la medición del IPC de la CABA que dio 2,2 % y es un buen parámetro para pre anunciar la nacional. Para las PYMES, conseguir un préstamo a 12 meses tiene una tasa que ronda entre el 64 y el 70 % nominal anual, lo que hace casi imposible la inversión y el crecimiento.
La deuda total de Argentina al finalizar el mes de agosto de 2025 totalizaba unos impresionantes 451.707 millones de dólares, un crecimiento de 83.492 millones desde diciembre de 2023. Y en el mientras tanto, nuestro ministro de economía viaja a Estados Unidos, pidiendo por tercera vez en menos de dos años, un nuevo salvataje. Un salvataje que, sea por swap, DEGs o cualquier otra figura, no es más que un salvavidas de plomo que nos pone este gobierno a todos los argentinos.
Los compromisos a los que nos lleva esta gestión hacen que nuestro futuro sea cada vez más inviable. Todo esto es posible solo por intereses geopolíticos: el interés de quedarse con nuestros recursos naturales y todo nuestro futuro por parte de un gobierno de Estados Unidos que nos considera su patio trasero. Un interés que, en criollo, significa que ellos se van a quedar con todo y nosotros sin nada.
Los dólares que entran le duran al gobierno cada vez menos, y lejos de cambiar la política económica, anuncian un nuevo rescate para “sostener el plan”.
¿Cuánto va a durar esta vez? ¿No recuerdan el festejo de los mercados de hace unos meses, cuando se anunció un nuevo préstamo de 20.000 millones de dólares para que el gobierno llegara tranquilo a las elecciones y las ganara?
Bueno, no llegaron. Y bajaron las retenciones a cero para que las cerealeras liquidaran 7.000 millones de dólares, y tampoco llegaron. Ahora, a solo dos semanas de las elecciones, nueva deuda o nuevo salvataje, es probable que sí lleguen.
Pero analizando hacia adelante, con un monto creciente de intereses a pagar, una balanza comercial mensual cada vez más chica y un balance cambiario del Central otra vez negativo por 1.136 millones de dólares, ¿cuánto le puede durar este nuevo salvataje? Mientras escuchamos a Kristalina Georgieva decir que los argentinos debemos apoyar a este gobierno y tener la audacia de animarnos a
hacer recortes aún más fuertes, y a Scott Besson anunciar el acuerdo diciendo que el éxito de Argentina es de importancia sistémica y un interés estratégico para los EEUU. Ya se lo dijimos en criollo: el interés estratégico de los EEUU es que ellos se van a quedar con todo y nosotros sin nada. Porque esta deuda es impagable.
Por Ariel Chiariotti