Hace un par de años nuestra querida Madre Vera Jarach escribía un testimonio sobre su hija Franca para el libro “Historias Aparecidas”, editado por nuestra Federación Gráfica Bonaerense y entre otras cosas decía:
“En esta pequeña familia de tres personas compartíamos muchas cosas, muchas pasiones y muchos ideales también. Cada vez más yo me siento identificada con Franca. Mi historia principal es desgraciadamente ésta, la pérdida de Franca y a eso he dedicado 45 años de mi vida con toda la intensidad posible”.
Franca Jarach había sido militante de la UES e integraba la Juventud Gráfica Peronista, fue secuestrada con un grupo de compañeros gráficos el 25 de junio de 1976, estuvo en la ESMA y luego fue arrojada al mar en un vuelo de la muerte.
Vera militó incansablemente por Memoria, Verdad y Justicia, consigna a la que ella agregaba: “Nunca más al odio, Nunca más al silencio”.
En su relato también nos habla de dos memorias que tienen en común el destino a lo largo de su vida, “el destino final y el hecho de no tener tumba”.
“Nosotros emigramos a la Argentina con las primeras leyes raciales de Mussolini, pero mi abuelo se quedó en Italia y terminó deportado a Auschwitz. Entonces no hay tumba para mi abuelo. En el caso de Franca tampoco porque fue un vuelo de la muerte. Eso es lo que tienen en común dos historias, dos países, dos períodos y una misma desgracia, una misma tragedia”.
Vera supo sobrellevar con coraje semejante tragedia, lo hizo hasta sus últimos días, con su imagen frágil en apariencia y su palabra reflexiva y firme, siempre aportando el mensaje justo como aquel que nos dejó el día en que presentamos el libro.
Hoy partió Vera Jarach, con el amor, el valor y una sonrisa eterna, superando los infortunios provocados por el odio criminal que golpeó su vida
Por Hector Amichetti
