Bernardino Rivadavia ató a nuestro país al carro de la dependencia británica a través del empréstito con la Baring Brothers.
El Pacto Roca-Ruciman fue un vergonzoso acuerdo que lesionaba nuestros intereses en favor de los de Gran Bretaña.
En esa ocasión el vicepresidente Julio Argentino Roca (hijo) se animó a decir en un agasajo ofrecido en Londres al príncipe de Gales que “La geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la actividad de la economía de las naciones”, señalando en línea con la opinión de un publicista de celosa personalidad, “… que la Argentina, por su interdependencia recíproca es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico”.
Las dictaduras que sucedieron al derrocamiento de Perón promovieron políticas liberales que favorecieron los negocios y la influencia de las corporaciones extranjeras en la economía de nuestro país.
También se alinearon en la doctrina de seguridad continental delineada por Washington para contrarrestar a los gobiernos “populistas”.
Menem se disciplinó al Consenso de Washington y Macri le pidió a Trump que le de una mano para conseguir un enorme préstamo del FMI.
Pero en 215 años de historia como nación, jamás habíamos asistido a un acontecimiento como el que nos asombra hoy…
El Secretario del Tesoro yanqui, Scott Bennet, manifiesta que el actual gobierno argentino es un aliado sistémico de los Estados Unidos y que ellos harán lo que sea necesario para apoyar el mandato del presidente Milei.
La asistencia será “grande y contundente”, agregó el hombre, para regocijo del gobierno argentino que espera un super millonario préstamo en dólares a cambio de la entrega de nuestros recursos naturales, el compromiso de espantar las inversiones chinas, el control geopolítico de nuestro territorio y un alineamiento incondicional de apoyo al genocidio de Israel contra el pueblo palestino.
La República Argentina se convierte de esta manera en un virtual Protectorado, es decir en un estado protegido, con Estados Unidos como “protector”, haciendo base en el corazón de nuestra estratégica América Latina.
Un Protectorado, entre otras características, ocurre por acuerdo entre las partes, sin imposición unilateral; el Estado protegido cede ciertas funciones a cambio de apoyo o estabilidad aunque simbólicamente mantiene autonomía; el Estado más fuerte se encarga de las actividades diplomáticas y de la representación internacional del territorio protegido.
El Estado bajo protectorado solo mantiene su identidad política y administrativa.
Eso seremos temporalmente mientras dure el gobierno de Milei.
El desenlace de la Segunda Guerra Mundial aceleró el proceso de descolonización en todo el mundo, actualmente quedan solo 17 protectorados al que se agregaría la experiencia ilegal que ha puesto en práctica el actual presidente argentino.
Nuestro pueblo ha sido protagonista de heroicas resistencias a lo largo de su historia, hemos batallado contra dictaduras y enfrentado a serviles gobiernos “democráticos”, nos toca ahora combatir a un régimen asquerosamente cipayo, la cruzada implica mucho más que conquistar una victoria electoral, significa prepararnos para enfrentar la ambición de un Imperio en decadencia resuelto a proteger con todos los recursos necesarios a su servidor.
Ya fuimos advertidos por Juan Perón cuando nos habló del gran valor y al mismo tiempo el riesgo que implica para nuestra soberanía y libertad los inmensos recursos naturales que posee nuestro maravilloso territorio, también con él en el exilio y con la enriquecedora historia forjada por nuestro Movimiento en tantos años de lucha en todos los terrenos, aprendimos a construir la organización y acción necesaria para alcanzar la victoria del pueblo.
Es tiempo de demostrarlo.
Por Hector Amichetti