El domingo 7 del corriente el gobierno nacional tuvo un duro revés en la provincia de Buenos Aires. En las elecciones provinciales quedó un 13% detrás de Fuerza Patria. Con una concurrencia del 63.25% del electorado la diferencia obtenida representa un número importante de votos. El resultado fue resumido en forma concisa por el analista Federico González como un ejemplo de consecuencia lógica: “hacen las cosas mal y les va mal”.
Ahora bien, este resultado ¿es trasladable al resto del país? Habíamos señalado que una paridad en el resultado, como indicaban las encuestas previas, trasladaba la decisión al resultado en el resto de las provincias donde no parecía tan favorable a Fuerza Patria. Sin embargo, de repetirse el resultado en la elección nacional, pone al gobierno en situación de debilidad.
Según consultas efectuadas a votantes de Buenos Aires la situación económica ha sido un factor determinante. Además se han sumado los escándalos de corrupción y los vetos presidenciales a leyes sancionadas a favor de jubilados, del sistema universitario, de la salud pediátrica o de distribución de los ATN.
A pesar de un supuesto reconocimiento de errores por parte del presidente ha expresado su voluntad de persistir en el programa económico. Según la palabra presidencial hubo errores en el armado de las listas pero sigue convencido de que el rumbo económico es el correcto lo que se encuentra en contradicción con la opinión de los electores. Así el gobierno anuncia la formación de distintas mesas o comités para superar el traspié.
Por lo pronto designó a Lisandro Catalán como ministro del interior para convocar a los gobernadores con un “pensamiento afín”. Pero la medida llega a destiempo. Los gobernadores reclaman por el incumplimiento de compromisos contraídos en materia de obras públicas, en particular el mantenimiento de rutas. Se agrega la demanda por fondos de coparticipación que permitan aliviar las finanzas provinciales. Se suma a lo anterior la conformación de listas de LLA desafiando a los gobernadores en sus territorios. Por lo tanto los mandatarios provinciales se ven obligados a enfrentar electoralmente al partido del gobierno para no perder capacidad de negociación lo que dificulta posibles acuerdos.
Se abre un panorama incierto para la elección nacional. En primer término surge la pregunta de si el resultado obtenido por Fuerza Patria es repetible en la elección nacional. Los intendentes de la provincia de Buenos Aires no contarían con los mismos recursos empleados en la elección provincial. En el resto de las provincias los armados de Fuerza Patria no presentan la misma solidez cuando entran en competencia con los armados provinciales como se mostró en la provincia de Corrientes.
Así la segunda incógnita es cuál será el desempeño de los armados provinciales. De darse un buen resultado se fortalecería a Provincias Unidas, la liga de gobernadores que pretende fortalecer su representación en las Cámaras para lograr respuesta a sus requerimientos.
Algunos analistas han especulado con un acortamiento del mandato presidencial con la posibilidad de sucesión por la vicepresidenta o eventualmente de Schiaretti de ser elegido diputado nacional, una posibilidad que se refuerza por el crecimiento de Provincias Unidas, aunque no es claro que sea suficiente. Ciertamente el programa económico no alienta una mayor productividad necesaria para sostener el valor del dólar y el esquema financiero. Un nivel de productividad imposible de alcanzar. Por lo demás el presidente no se muestra en condiciones de revertir el proceso ya que no parece ser quien toma las decisiones sino que se encuentra sometido a un extrapoder capaz de imponer condiciones. Será necesaria mucha serenidad para atravesar el período de incertidumbre que se inicia.
Por El Equipo de Perspectivas Desde el Sur