En la teoría aeronaútica, cuando un avion está en riesgo de estrellarse, indican Peligro de colisión fuerte. esto significa onerse en posicion de impacto.
El triunfo de Fuerza Patria y del Gobernador Kicillof el domingo pasado fue tremendo. Pero para el gobierno, la derrota fue exponencialmente mayor; una derrota que, como dijimos el viernes pasado en este mismo lugar, tiene todos los matices de ser una estocada final.
Y esta sangría no se detiene en las urnas. Se extiende al Congreso, donde las derrotas se suceden una tras otra. Aún así, este gobierno, lejos de reflexionar o de retroceder, acelera a fondo. Hablamos de un equipo con nula experiencia política y de gestión, cuyo accionar, sumado al descalabro económico que venimos analizando y que nuestro presidente partidario, Carlos Heller, viene anticipando desde que asumieron, es un combo letal.
Un combo que lleva al gobierno directo al abismo. El problema es que todos nosotros viajamos en el mismo avión. Si esto fuera una película, ya estaríamos escuchando por los altavoces: ‘¡Prepararse para impacto fuerte! ¡Posición de impacto!’.
Hoy, el dólar volvió a tocar el techo de las bandas. Y la cruda verdad es que el gobierno ya no tiene herramientas para frenarlo. Dilapidaron los enormes recursos y los ingresos de dólares que consiguieron, y ahora se enfrentan a la tormenta con las manos vacías. Mientras tanto, el Quinquela Martin del INDEC, Marco Lavagna, se dedica a dibujar los números que la realidad desmiente.
Políticamente, la respuesta es la negación. Actúan como si desconocieran el mensaje de las urnas en la provincia de Buenos Aires, aceleran contra las universidades y el Garrahan, y maquillan el escándalo de las coimas con una mesa política que solo reúne a los mismos de siempre y a tres gobernadores cómplices.
Su comportamiento después de la elección se parece más al de alguien que busca un culpable para justificar una posible salida anticipada, que al de un gobierno que trabaja para revertir la derrota en las legislativas de octubre.
Mientras tanto, la realidad nos golpea en la calle: la caída de pymes esalarmante, el crédito es una quimera con estas tasas,los despidos crecen y aquí, en nuestra Córdoba, el centro de almaceneros reporta la peor caída del consumo en años.
Quizás,analizarlosindicadoresactualesyaseaenvano.Latareaahora,para el camponacional y popular, estrabajarparaquedela durezade loque viene no surja un nuevo outsider, otro loco que con cantos de sirena nos lleve a un desastre aún peor.
Y para el ciudadano común, ¿qué queda? ¿Cómo se defiende? Tal vez solo nos quede lo que reza el Martín Fierro: ‘Y dejo correr la bola, que algún día ha de parar. Tiene el gaucho que aguantar hasta que lo trague el hoyo, o hasta que venga un criollo en esta tierra pa’ mandar’.
Por Ariel Chiarotti