(El Salto, Calamuchita, Argentina, 7 de agosto de 1902 – Córdoba, 22 de abril de 1969) fue un político radical argentino, quincuagésimo segundo (52.º) Gobernador de Córdoba elegido constitucionalmente. Fue el menor de los nueve hijos de Francisco Páez Torres y Martina Molina, nació en la pequeña población denominada “El Salto”, casi en los límites de los departamentos Tercero Arriba y Calamuchita. El paraje se encuentra sumergido desde 1979 bajo las aguas del Dique Piedras Moras.]Páez Molina comenzó a militar en la Unión Cívica Radical y ocupó diversos cargos.
Concejal de Córdoba
Fue concejal de la Ciudad de Córdoba durante el primer mandato de Donato Latella Frías (1936-1940),se desempeñó como vicepresidente primero del Concejo Deliberante (1936-1937) y la presidencia permanente de la comisión de Presupuesto y Hacienda.Por entonces, perteneció al Núcleo Renovador que sostuvo la candidatura a gobernador de Amadeo Sabattini. Bajo el liderazgo de éste, sirvió como Delegado al Comité Nacional del radicalismo desde enero de 1937.Luego de terminado su mandato como concejal fue secretario en la Honorable Cámara de Diputados de la provincia (1940-1943).
En las Elecciones provinciales de Córdoba de 1948 fue candidato a senador provincial por el Departamento Calamuchita saliendo en segundo lugar por lo cual no resultó electo.
Diputado Provincial
En las Elecciones provinciales de Córdoba de 1951 fue elegido Diputado Provincial para el periodo 1952-1956, banca que ocupó hasta el golpe de 1955.[4]
Páez Molina adhirió a la UCRP desde el momento de la escisión radical y tomó bajo su mando la tarea de reorganización partidaria, tras la derrota de Eduardo Gamond en la elección general de gobernador de 1958[5] los simpatizantes peronistas votaron mayoritariamente por los candidatos de la UCRI, dándole la victoria al exsenador provincial Arturo Zanichelli-.
La crisis de gobernabilidad se acentuó con las elecciones generales del 27 de marzo de 1960. Esta vez, la abstención del peronismo -se expresó en el voto en blanco- posibilitó el triunfo de la UCRP. Conflictos internos con el sabatinismo llevaron a una parálisis del gobierno. La provincia fue intervenida el 15 de junio de 1960 por el presidente Frondizi. Hasta la convocatoria a elecciones generales del 18 de marzo de 1962, se sucedieron dos interventores federales: Juan Francisco de Larrechea y Jorge Bermúdez Emparanza. El deterioro de la situación provincial durante su gobierno incluyó un conjunto amplio de variables, un proceso crucial de la crisis política cordobesa, que culmina en el Cordobazo de 1969.[7] El frondicismo local, rebelde a las directivas nacionales, fue destruido políticamente por el propio Frondizi mediante la intervención a la provincia, el relegamiento del sistema de partidos arrastró a una virtual disolución del propio aparato partidario oficialista.[8]
La rehabilitación del peronismo
La estabilidad política del gobierno constitucional de Frondizi dependía de las reglas electorales que definían la distribución de las bancas en el Congreso y los resultados de las elecciones de 1962. En esas elecciones estaban en juego el control de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina -por primera vez desde 1958 la UCRI podría reducirse a una minoría- y las gobernaciones de varias provincias.
El primer gran reto en 1961 fue la decisión de los dirigentes peronistas de presentar a consideración de las autoridades electorales listas de candidatos propios; utilizando para ello, partidos políticos de diversa denominación como instrumento legal para captar el voto de los seguidores del expresidente Juan Domingo Perón debido a la proscripción que pesaba sobre el partido : En la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires el peronismo se presentó con el nombre de Unión Popular; en Córdoba, La Pampa, el Chaco, Jujuy y Tucumán bajo la sigla Partido Laborista; en Mendoza, Santiago del Estero y Entre Ríos con el nombre Tres Banderas; en Neuquén como Movimiento Popular Neuquino; en Río Negro como Partido Blanco; en Misiones como Partido Justicialista y en Chubut y Santa Cruz como Partido Populista.
Los comicios del 18 de marzo de 1962
La UCRP de Córdoba se preparó para afrontar las elecciones del 18 de marzo de 1962 con grandes probabilidades de éxito. Sabattini había muerto y Santiago H. del Castillo no logró imponer un candidato de su preferencia. La disputa interna se centró en torno a Arturo Illia y Páez Molina, quien además de presidir el partido lideraba la corriente sabattinista. No obstante, luego de una gran asamblea partidaria celebrada en la Casa Radical se votó el binomio Illia-Páez Molina para la provincia -ratificada luego en comicios internos ( ganándole a la fórmula Gabriel Oddone– Norberto Spertino)-; e imponiéndose la candidatura de Juan Masjoan a la Intendencia de Córdoba.
Gobernador de Córdoba
Los resultados de los comicios de 1962 fortalecieron la posición nacional de los líderes radicales de Córdoba -en una corriente ya denominada Línea Córdoba-. La UCRP solo había logrado ganar la gobernación en una provincia (imponiéndose tanto a la UCRI como al peronismo): Córdoba. Ahora, las muertes de Sabattini (1960) y del Castillo (1962) dejaron a Illía como líder de los radicales y seguro candidato a la presidencia en 1963; por autoexclusión de Ricardo Balbín.
Esta vez, el camino de Páez Molina a la candidatura a gobernador estaba libre de obstáculos. Para vicegobernador, Eduardo Gamond impone el nombre del exintendente de Bell Ville, Hugo Leonelli. Las votaciones del 7 de julio de 1963 dieron el triunfo a Páez Molina, sobre Vaca Narvaja (UCRI) y Uanini (Partido Demócrata). El radicalismo del pueblo ganó la mayoría de las intendencias y obtuvo mayoría absoluta en la Cámara de Senadores. El senador Ricardo Serafini -luego reemplazado por Eduardo Angeloz– y el diputado José Miguel Zamamillo presidirían sus respectivos bloques. Aunque, en una importante demostración de poder, Carlos A. Béjar fue elegido presidente provisional del Senado a pesar de las preferencias del gobernador por Alejandro Olmedo, dirigente del departamento San Alberto.
Un gobierno débil sin oposición fuerte
Asumió el gobierno de Córdoba el 12 de octubre de 1963 junto con el vicegobernador Hugo Leonelli. Su equipo de gobierno estuvo integrado, entre otros, por dirigentes como Oscar Soto López secretario general de la Gobernación y Ministro de Educación-, Roberto Ramaccioni, Narciso Ceballos, Jorge Arraya y Ramón Mestre.En contraste con la distribución de fuerzas en el parlamento nacional, el predominio de la UCRP en la legislatura provincial era contundente.
Los puntos más polémicos de la gestión de Páez Molina fueron su plan de obras públicas y la política educativa. El Plan Trienal de Obras –que contemplaba previsiones presupuestarias para la construcción de caminos, centrales térmicas, escuelas y hospitales- fue acusado por la bancada del Partido Demócrata, de ser la expresión de un “dirigismo económico totalitario”, similar al de la época peronista. De un tono similar, fueron las declaraciones de la Asociación de Industriales de Córdoba (ADIC) y la Bolsa de Comercio. Bajo su mandato se puso en funcionamiento la Central Hidroeléctrica Ingeniero Benjamín Reolin, la segunda usina que atraviesa el Río Tercero fue puesta en marcha en 1966 y cuenta con turbinas tipo Francis de eje vertical (potencia: 13,2 MW, velocidad: 214 RPM), una potencia instalada de 33 MW, salto nominal de 30 m. y tres grupos generadores.[12]
La sanción de la Ley 4733, que regía el Régimen de la Enseñanza Privada, fue su más importante batalla política, enfrentando a la comunidad católica. La confluencia entre oposición empresaria y oposición partidaria se combinó con la intervención política de la Iglesia Católica, motivada por la derogación legislativa del “Decreto 928” que reglamentaba la enseñanza privada en la provincia. En virtud del mismo –que databa del período de gobierno del interventor federal Rogelio Nores Martínez, se creaba el Consejo General de Enseñanza Privada y se autorizaba a los colegios privados a estructurar sus propios planes de estudio. Sostenía, además, la proporcionalidad de los recursos estatales destinados a educación entre colegios públicos y privados.
Deterioro político de Páez Molina y nuevo golpe de Estado
El gobierno de la UCRP debió convivir con su propia debilidad derivada del hecho de haber sido elegido en elecciones no libres, a causa de la proscripción del peronismo, y en minoría. La falta de reconocimiento de legitimidad al gobierno desde su inicio, se vio agravada por un plan de lucha del movimiento obrero cordobés y los cuestionamientos internos en el propio radicalismo. Entonces senador provincial, Angeloz integró un grupo de dirigentes que desde el Comité Provincia cuestionó la gestión de Páez Molina.
El 14 de marzo de 1965, debían celebrarse elecciones intermedias para el Congreso de la Nación. Luego del fallido intento de retorno de Perón a la Argentina en diciembre de 1964, la Cámara Nacional Electoral (CNE) -a indicación del gobierno- dispuso revocar la personería jurídica del Partido Justicialista por entender que existía “identidad vital y dependencia sociológica del Partido Justicialista con el Movimiento o Partido Peronista”.
El triunfo del peronismo agitó la situación interna de las Fuerzas Armadas. A su vez, fue debilitando los apoyos a Illia dentro de su propio partido; el cual había sido la principal organización política que sostuvo al gobierno de Revolución Libertadora de 1955. Las regulación de la economía, las reglamentaciones sobre alquileres, sus políticas de control de precios y el mayor deterioro de los salarios reales redujeron aún más los apoyos al gobierno nacional.
En la primavera de 1965, la Unión Argentina de Propietarios, el Centro de Propietarios de Córdoba y la Asociación de Propietarios de Mendoza, elaboraron elaboraron una carta abierta dirigida al general Onganía, titulada “Propietarios argentinos piden amparo al General Onganía”, en la que se dirigían al comandante en jefe del Ejército en su carácter de “custodio de la constitución y la ley”. Las asociaciones patronales denunciaban, en esa carta, que el gobierno de Illia violaba los artículos de la constitución nacional que aseguraban el carácter inviolable de la propiedad privada y los derechos a ejercer las actividades industriales y comerciales. Más aún, consideraban que se intentaba destruirlas “bajo el signo de la demagogia o del sofisma de la función social de la propiedad”, renegando de los valores de la cultura occidental y cristiana.
Previo al golpe de Estado de junio, Páez Molina ya no tenía poder de conducción dentro del radicalismo cordobés. El 9 de enero de 1966, el dirigente serrano, Felipe Celli asumía la presidencia del partido en los preparativos para definir los candidatos de 1967. Las figuras ascendentes eran el intendente capitalino Víctor Martinez y el senador Angeloz.
Finalmente, el 28 de junio se ejecutó el golpe de Estado planificado por el comandante en Jefe del Ejército, general de división Julio Rodolfo Alsogaray. El comandante del Tercer Cuerpo del Ejército, Gustavo Martínez Zuviría es quien depone a las autoridades provinciales ordenando los arrestos de Páez Molina, Leonelli y parte del gabinete.
Investigación militar y fallecimiento
El ministro del interior de la dictadura, abogado y antiguo dirigente del Partido Demócrata de Córdoba Enrique Martínez Paz (hijo), se destaca la investigación promovida sobre la conducta administrativa de Páez Molina bajo una comisión especial, constituida por cerca de 40 oficiales de Intendencia de Ejército y Aeronáutica. Luego de tres meses de informes y estudios patrimoniales, se dictaminó un correcto estado de cuenta e inventario público; concluyendo la labor de la comisión con la extensión de un certificado de probidad a favor del exgobernador.
Pese a los actos de persecución política de la Policía de Córdoba, siguiendo órdenes e instrucciones de los gobernadores militares, los radicales cordobeses se reorganizan paulatinamente. Páez Molina no verá el proceso de reorganización partidaria definitiva de la Unión Cívica Radical, porque fallece en abril de 1969, semanas antes del Congreso de La Cumbre.
Por Alejandro Franchini