El dólar vuelve a ser protagonista en la antesala electoral. Tras la derrota del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, los mercados encendieron las alarmas y el peso se resintió con fuerza, alimentando la expectativa de que la divisa estadounidense pueda superar los 1.500 pesos antes de los comicios de octubre.
La cotización oficial ya ronda los 1.425 pesos, mientras que en el segmento mayorista se ubicó en torno a los 1.400. El blue, por su parte, se negoció en niveles similares, en lo que constituye uno de los puntos más altos de la gestión de Javier Milei.
El Gobierno reaccionó con intervenciones directas en el mercado, suba de encajes bancarios y mantenimiento de tasas elevadas, pero las herramientas muestran un desgaste creciente. Analistas sostienen que el margen de acción es cada vez más acotado: el Banco Central defiende el techo de la banda cambiaria con reservas, pero la volatilidad política tras la derrota bonaerense disparó el riesgo país y generó una ola de ventas de bonos que presiona aún más sobre la moneda.
Si bien el Relevamiento de Expectativas de Mercado del propio Banco Central proyecta un dólar oficial cercano a los 1.400 pesos hacia fin de año, distintos consultores advierten que el escenario podría cambiar abruptamente. FocusEconomics, por ejemplo, ya elevó sus previsiones para fines de 2025 a 1.432 pesos en promedio, y no descarta saltos mayores si se intensifican las tensiones. El dato más sensible es el humor político: la derrota del oficialismo alteró la confianza inversora y abrió dudas sobre la gobernabilidad en el corto plazo.
En este contexto, la posibilidad de que el dólar supere los 1.500 pesos antes de octubre no es solo un pronóstico alarmista, sino una hipótesis cada vez más probable. El gobierno de Javier Milei apostó a la timba y perdió.
