La reducción de personal superó a la disminución de turnos en julio, lo que indica que las empresas avanzan con recortes de empleo ante la caída de la demanda y la producción
La caída de la actividad y de la demanda impulsó a las empresas a ajustar planteles: según el último informe de Indicadores Industriales y Expectativas del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA), en julio aumentó la cantidad de empresas que redujeron su nivel de empleo respecto del relevamiento de mayo y también en comparación con julio del año pasado.
El informe destacó que la proporción de firmas con caída en el empleo alcanzó su nivel máximo en la serie (19,4% de las compañías implementó recortes de personal), cifra similar a la registrada en abril de 2024. Por primera vez en los últimos cuatro relevamientos, la reducción de personal (19,4%) se ubicó por encima de la disminución de turnos (18,9%), lo que sugiere que muchas empresas pasan de ajustar horas a despedir personal como siguiente instancia de adaptación.
En términos de producción, el 36,3% de las empresas redujo su nivel de actividad respecto al promedio del segundo trimestre, mientras que el 21,8% registró incrementos. En ventas, el 43,5% reportó bajas y apenas el 18,6% anotó subas. En exportaciones, las caídas afectaron al 30,5% de las firmas, frente a alzas en el 16,6%, acortándose la brecha respecto del relevamiento previo.
Sobre empleo, el 24,4% de las empresas redujo su dotación de personal, alcanzando el nivel más alto de la serie. Además del 19,4% que efectuó recortes de personal, el 18,9% ajustó turnos, evidenciando una tendencia al ajuste laboral en múltiples frentes.
La principal preocupación empresarial fue la caída de la demanda interna (40,1%), especialmente la demanda proveniente de otras industrias (22,5%) y, en menor medida, la de los hogares (17,6%). En segundo lugar figura el aumento de costos (21,4%), con el costo laboral como factor principal, seguido por las dificultades para competir con productos importados (19%).
Las expectativas de las empresas también se moderaron: el optimismo sobre la situación económica empresarial bajó del 57,8% al 48,6%; las previsiones positivas sobre el sector cayeron del 52,2% al 46,4%; y la visión optimista a nivel país disminuyó del 64,3% al 53,1% respecto del relevamiento anterior, mostrando una tendencia decreciente.
En materia de crédito, el 39,6% de las empresas requirió financiamiento bancario en julio, pero el 42,8% no accedió al monto solicitado. Esta restricción fue más marcada en las pequeñas y medianas empresas; en cambio, todas las empresas grandes obtuvieron financiamiento total o parcial. Las altas tasas de interés y la incertidumbre macroeconómica fueron señaladas como los principales obstáculos.
Finalmente, el 44,1% de las empresas reportó dificultades para afrontar al menos uno de los siguientes pagos: salarios, proveedores, compromisos financieros, tarifas de servicios públicos o impuestos, porcentaje que supera al de los últimos cuatro relevamientos. Asimismo, aumentó la proporción de empresas que perciben un deterioro respecto al año pasado, y las expectativas para el próximo año se mostraron más moderadas.
