Arturo Orlando Zanichelli (Mendoza, 27 de agosto de 1910 – Córdoba, 25 de mayo de 1964), apodado “el rengo”. A los veinte años se trasladó a la ciudad de Córdoba, donde en 1936 se graduó en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
Adhirió a la Unión Cívica Radical y ese mismo año, fue designado Director del Departamento Provincial de Trabajo, integrando la línea principal de funcionarios de Amadeo Sabattini y Santiago del Castillo. Luego, desempeñó funciones en el Ministerio de Hacienda. Electo senador provincial en 1946, ocupó el cargo por espacio de un año. Entre 1949 y 1952 fue nuevamente senador provincial. En la elección general del 11 de noviembre de 1951 se presenta como candidato a Vicegobernador de Córdoba, secundando a Arturo Illia, pero resultó vencedor el candidato justicialista, Raúl Felipe Lucini. En 1953 es elegido presidente del Comité Capital de la Unión Cívica Radical. Fue candidato a Diputado de la Nación Argentina en las elecciones del 25 de abril de 1954, pero no resultó elegido.
Derrocamiento del peronismo y división del radicalismo
Producido el Golpe de Estado contra el gobierno peronista, Eduardo Lonardi pone en funciones al General Dalmiro Videla Balaguer a cargo del intervenido Poder Ejecutivo de facto de Córdoba. Este será reemplazado el 15 de diciembre del mismo año por el Comodoro Medardo Gallardo Valdez. El 27 de abril de 1956, el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu declaró vigente la Constitución de 1853 y todas sus reformas con exclusión de la de 1949, que quedaba así derogada. Las provincias debieron igualmente volver atrás y en Córdoba quedó vigente la Constitución de 1923 por disposición del Decreto-Ley 3718.
El radicalismo se debatía internamente entre quienes propugnaban la extinción total de peronismo y apoyaban al gobierno dictatorial -balbinistas, unionistas y los intransigentes sabattinistas de Córdoba-; y los que postulaban una suerte de “peronismo sin Perón” -los frondizistas-. La Convención Nacional del Radicalismo, celebrada en San Miguel de Tucumán el 9 de noviembre de 1956, proclamó la candidatura presidencial de Arturo Frondizi. En ese contexto, se produjo la división del radicalismo entre la UCRP, sector antiperonista liderado por el excandidato presidencial Ricardo Balbín, y la UCRI, sector no peronista liderado por Frondizi. Al conformarse el Comité Provincial de la UCRI en Córdoba, Arturo Zanichelli, que pertenecía a la facción interna minoritaria del radicalismo, se incorporó a esta fuerza política.
Elecciones de 1958: Zanichelli gobernador
El 15 de noviembre de 1957, el Decreto oficial convocaba a elecciones generales para el 23 de febrero de 1958, En Córdoba, la Unión Cívica Radical Intransigente celebró una elección interna que dirimieron las fracciones lideradas por Arturo Zanichelli y el escribano Ángel Reale, enfrentando al Senador departamental Julio Brouwer de Koning. Realizados los comicios generales, Zanichelli —con el beneficio de los votos peronistas— se impuso con 359.528 votos (41,99%) sobre el candidato de la UCRP, Eduardo Gamond con 309.218 votos (36,11%).[6]
Asumió la titularidad del Poder Ejecutivo de Córdoba el 1 de mayo de 1958. La sede del Gobierno funcionaba en el cuarto piso del Correo, en la esquina de General Paz y Colón. A poco de instalarse allí, Zanichelli decidió mudarla al edificio del Hogar de Ancianos levantado por la Fundación Eva Perón en 1954 en el barrio de Nueva Córdoba. La familia Zanichelli, que residía en una casona sobre el bulevar Castro Barros al 300, se instaló en uno de los chalés levantados en el extenso predio de la nueva sede gubernativa. En julio de 1958, Zanichelli inauguró la nueva Casa de Gobierno provincial, en el edificio que a partir de entonces fue llamado “Casa de las Tejas”. Con frecuencia, Zanichelli se sentía resentido en su salud, por lo que el vicegobernador Reale debió remplazarlo en distintas oportunidades.[8] Su gobierno coincidió con el marco de fuertes protestas estudiantiles contra el gobierno de Arturo Frondizi, que concentraron a 20.000 estudiantes.
El gobernador Zanichelli fue uno de los blancos predilectos de Ossorio Arana, quien proclamó entre sus objetivos el alejamiento de los puestos claves de todos los funcionarios de inclinación “marxista, comunista o peronista” y la “intervención a las provincias más castigadas. Arturo Ossorio Arana, exdirector de la Escuela de Artillería y figura central del golpe de Estado de 1955 en Córdoba, se trasladó a la provincia con la intención debilitar a Zanicheli[10]
La voladura de la Shell-Mex
El 16 de febrero de 1960 visitaban Córdoba el ministro de Economía Álvaro Alsogaray y el secretario de Guerra, general Rodolfo Larcher. Ese mismo día explotaron los depósitos de nafta que la empresa estadounidense Shell-Mex tenía en el barrio cordobés de San Fernando, en cercanías del ramal ferroviario tendido hacia la ciudad de Malagueño. Murieron 15 personas y hubo más de 20 heridos. La conmoción nacional fue muy grande. Toda la prensa lo calificó como “un atentado terrorista”, y generalmente se afirmó que había sido promovido, dirigido y realizado por grupos peronistas, con apoyo del gobierno de la provincia. Sin embargo, nunca se probó fehacientemente que fuera un atentado y no un accidente técnico, y las personas que fueron arrestadas por el hecho fueron sobreseídos tras 19 meses de encierro —que incluyó torturas— y no hubo ninguna persona condenada por su eventual autoría.
Frente a “la voladura de la Shell-Mex”, como se denominó al hecho, el Ejército, en virtud del Plan de Conmoción Interna del Estado (Plan Conintes), tomó las riendas del caso por encima de los poderes constitucionales de la República y se creó un Consejo de Guerra Especial presidido por el coronel Juan Carlos Sánchez. Se anunció que se aplicaría la pena de muerte y se establecieron “zonas militares”, justificadas para “tiempos de guerra”. Anteriormente, en 1958, el coronel Sánchez había acusado a Zanichelli —en un informe presentado al Comando en Jefe del Ejército— de “promover la formación de milicias civiles adictas, integradas por peronistas e izquierdistas”. En marzo de 1959, un informe de la inteligencia militar que el comandante en jefe del Ejército entregó al presidente Arturo Frondizi (conocido como Informe Conintes o Informe Landa), había reiterado la acusación.
Paralelamente, los militares detuvieron a los máximos dirigentes del peronismo cordobés, entre ellos, Raúl Bercovich Rodríguez, Armando Andruet y Julio Antún y se detuvo a numerosos dirigentes sindicales que nada tenían que ver con el presunto atentado. En el ámbito político, la derecha acusó abiertamente a Zanichelli del atentado a la Shell. El Partido Cívico lndependiente de Córdoba recordó que ya había denunciado, meses atrás, que la provincia estaba en manos del “hampa y los criminales” y que el propio departamento provincial del trabajo era un “instrumento sometido al capricho de los agitadores “. Por su parte, los partidarios del gobernador de Córdoba tenían otra hipótesis sobre la voladura de la Shell-Mex: era una operación militar destinada a derribar a Zanichelli. Al respecto, el diputado provincial Héctor González advertía en una sesión legislativa de entonces:
El desgaste político y la paulatina licuación de poder de la gestión Zanichelli fue tan importante que, en la elección legislativa del 27 de marzo de ese año, apenas poco más de un mes después de aquel incidente, obtuvo mayoría la Unión Cívica Radical del Pueblo.
Un Juez de Instrucción, Héctor A. Gilly, ordenó la detención de los ocho presuntos autores, todos ellos militantes de la inorgánica resistencia peronista, y los imputó por el delito de asociación ilícita. El 22 de abril, el coronel Sánchez solicitó por nota al juez Gilly la entrega de los detenidos, sin aclarar por cuánto tiempo ni dónde los alojaría. Pero éste este rechazó el requerimiento, afirmando que en tales condiciones “la negativa es, pues, inevitable”. Sánchez no admitió la respuesta del juez, y dos días después envió los comandos de la Escuela de Tropas Aerotransportadas, al mando del mayor Manuel H. Pomar, a la Cárcel de Encausados de Córdoba y los sustrajo por la fuerza.
Remitida de urgencia la causa de los detenidos a la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, esta dio la razón al Tribunal Superior el 29 de abril y ordenó al juez militar la restitución de los detenidos al juez civil, dentro del plazo de tres días.
La Intervención Federal a Córdoba
En enero de 1960, Zanichelli concretó -junto con el gobernador de Mendoza- uno de sus últimos desafíos a la autoridad de Frondizi, cuando cuestionó el proyecto de Ley de Energía enviado por éste al Congreso Nacional.
El 12 de mayo de 1960, el Comunicado N.º 3 del Comando en Jefe del Ejército, firmado por Carlos Toranzo Montero y ampliamente difundido por los medios, no solo acusaba a Zanichelli de complicidad, sino que lo responsabilizaba de “organizar y armar grupos terroristas”. El conservador Partido Demócrata de Córdoba y el Partido Cívico Independiente —que respondía al ministro Alsogaray— también responsabilizaron al propio gobernador en sintonía con la acusación militar.
La Junta de Comandantes de las Fuerzas Armadas exigió al presidente Frondizi la intervención federal a los tres poderes de la Provincia de Córdoba, aduciendo que el gobierno de Zanichelli era incapaz de enfrentar la amenaza terrorista. Frente al peligro cierto de ser él mismo derrocado en caso de no acceder, Frondizi cedió, una vez más, a la presión militar y envió al Senado el proyecto de ley de intervención. “Vengo a ver cómo me degüellan mis amigos”, fueron las inolvidables palabras pronunciadas por el gobernador Zanichelli mientras presenciaba la votación de la ley intervencionista en el Congreso de la Nación Argentina. La intervención federal se hizo efectiva el 15 de junio de 1960, cuando Zanichelli debió entregar al gobierno al interventor Juan Francisco de Larrechea, ligado al ministro Álvaro Alsogaray.
Diputado de la Nación y muerte
A pesar de sus malas condiciones de salud, fue elegido Diputado de la Nación Argentina en la elección general del 7 de julio de 1963 en representación de la minoría. No llegó a completar su mandato: falleció el 25 de mayo de 1964.[8]
Por Alejandro Franchini