La semana pasada culminó con un pequeño berrinche del presidente Milei. El viernes 8 del corriente a las 21 hs. el presidente de la Nación hizo uso de la cadena nacional para un discurso intrascendente. El motivo: un intento de amortiguar el golpe recibido el día miércoles anterior en la Cámara de Diputados cuando en la sesión el oficialismo perdió las 12 votaciones del día. En particular provocaron la ira del primer mandatario los proyectos de aumento en jubilaciones y la declaración de emergencia para discapacitados. De forma disparatada Milei calificó de genocidio las medidas aprobadas, algo disparatado.
Por las razones esgrimidas el presidente anunció dos nuevas medidas, ambas de dudosa aplicabilidad: una disposición del Ministerio de Economía prohibiendo la emisión monetaria para atender gastos y un proyecto de ley para sancionar a diputados que voten gastos que pongan en riesgo el déficit cero.
Más allá del detalle de los proyectos en sí resulta extraño y desesperado un anuncio un día viernes a la noche. ¿A quién estaba dirigido el discurso? Claramente no a la población general. Además un anuncio de medidas con tanta anticipación sin concretar. ¿Era un intento de defensa de la gestión ante los mercados? Defensa basada en una lógica de historieta. El presidente definió la gestión como la paradoja en la que una fuerza imparable choca contra un objeto inamovible (el caballero de la noche).
Quizás la mejor sinópsis fue la expresada por el diputado Paulon: “¿quién me devuelve los 15 minutos perdidos escuchando a este farabute?”.
Por lo demás las contrariedades siguen para el gobierno en esta semana. En comisiones de la Cámara de Diputados se han tratado los temas del caso $LIBRA y las muertes por fentanilo.
El oficialismo sufrió una clara derrota en comisión al aprobarse el proyecto para destrabar el funcionamiento de la comisión investigadora del caso $LIBRA. Este tema sin duda fastidia y preocupa al gobierno por la información que surge de manera constante. Las transferencias de dinero desde la billetera virtual de Hayden Davis tendrían como destinatarios los involucrados locales. Se supo además que la persona conocida como el CEO Julian Peh habría asumido una identidad falsa. No se registra el ingreso al país a través de migraciones y no hay explicación de su ingreso a Casa Rosada a pesar de que aparece en una foto con Javier Milei, en promoción de la criptoestafa. Todo un escándalo de trascendencia internacional que está teniendo repercusiones en la Justicia local. El juez de la causa ha cuestionado los movimientos de dinero de las billeteras virtuales de Novellis y Terrones Godoy.
Otra contrariedad, de mayor gravedad incluso, es el caso del fentanilo contaminado que está cobrando aproximadamente 100 vidas al momento. La situación se da en coincidencia con la propuesta del ministro Sturzenegger para desregular controles del ANMAT. La supuesta lucha contra la inflación pone en riesgo vidas. Así el gobierno no logra hacer pie.
Pareciera que en la proximidad de las elecciones se produjo una división en el antikirchnerismo. Un conjunto de gobernadores en particular intenta conformar un bloque alternativo al oficialismo nacional con esta orientación. En este sentido se expreso el Ministro de Gobierno de Córdoba, Manuel Calvo quien expresó que el cordobesismo, integrante de la liga de gobernadores, es una fuerza antikirchnerista con disidencias con el gobierno nacional.
En el ámbito local una postura tan radical ha provocado una división en el hasta ahora oficialismo cordobés con la candidatura de Natalia de la Sota que se ha manifestado a favor de la defensa de los intereses provinciales pero sin adoptar una postura tan sectaria. Por su parte Fuerza Patria no ha definido aún sus candidaturas, aunque trasciendo el nombre de Constanza San Pedro.
La proximidad de las elecciones ha sacudido la aparente estabilidad del proceso electoral y los resultados que venían anticipando las encuestas. Habrá que aguardar todavía algunos días hasta que se definan totalmente las candidaturas.
En la tarde de ayer jueves Milei se metió de lleno en la campaña de las elecciones bonaerenses del 7 de setiembre. Lo hizo mediante un furibundo discurso en un acto en el Club Atenas de la ciudad de La Plata. Se autodenominó como los encargados de frenar “a Kicillof y al maldito kirchnerismo”. Fue tan exagerado en criticar el programa de gobierno de Kicillof que en realidad parecía que estaba criticando a las consecuencias de su propio programa nacional, ya que habló de “reducto de atraso, corrupción y miseria humana planificada”, tanto que en algún momento se pensó que iba a mencionar la estafa de $Libra efectuada por él mismo. Habló de provincia bañada en sangre y tiró números espantosos que no se sabe —ni lo dijo, por supuesto— de dónde los sacó, quizás de alguno de sus delirios. Señaló a la provincia como atada por “cadenas soviéticas” sin explicar cuáles eran. En esa cadena de invenciones buscó asociar el kirchnerismo al narcotráfico mientras varios de los asistentes insultaron a Kicillof y pidieron a gritos la “intervención” de la provincia, algo que Milei no solo no repudió, sino que celebró con una amplia sonrisa. Esta escalada en su discurso nos dispara una alarma de extrema gravedad. No es descabellado pensar que, ante la remota posibilidad de un triunfo de LLA en estas elecciones, se impulse un intento de intervención a la provincia, un escenario de ruptura institucional que pone en jaque la autonomía y la gobernabilidad de Buenos Aires.
Por El Equipo de Perspectivas Desde el Sur