Un informe de CELAG Data ubica al país en el primer puesto mundial con una tasa real de créditos personales de 127,4% y un encaje del 50% sobre depósitos a la vista. Con el “ancla” financiera del Gobierno, el crédito se vuelve prohibitivo para familias y pymes.
El cuadro de CELAG Data mostró a la Argentina en la cima del ránking: 127,4% de tasa de interés real en créditos personales y 50% de encaje bancario. Muy por detrás aparecen Brasil, con 45,4% de tasa real y 21% de encaje, y Uruguay, con 27,6% y 40%, mientras en economías centrales el encaje se ubica en 0% o 1%. La foto no admite dobles lecturas: el sistema financiero local opera en niveles de restricción y rentabilidad inéditos.
La entidad regional difundió un cuadro comparativo que ubica al país en el tope global con tasas reales de tres dígitos para préstamos personales y un encaje del 50% sobre los depósitos a la vista. En redes, planteó la pregunta que atraviesa al modelo económico: “¿Es sostenible la economía financiarizada?”.
“¿Otro récord? La tasa de interés real para créditos y el encaje bancario en Argentina están en el primer puesto. 🇦🇷🏆 Argentina supera a todos los países de América Latina y el resto del mundo 😮 ¿Es sostenible la economía financiarizada?”, dice la CELAG a través de sus redes. El posteo acompaña un cuadro de CELAG Data que muestra una tasa real de 127,4% para créditos personales y un encaje del 50% en Argentina, muy por encima de Brasil y Uruguay, y a años luz de economías desarrolladas donde los encajes se ubican en torno a 0/1%.
La medición tomó la tasa efectiva anual de las entidades y la divide por la inflación anualizada reciente, y contrasta ese costo del dinero con el porcentaje del depósito que los bancos deben inmovilizar como encaje. Con un encaje del 50%, el multiplicador del crédito se achica al mínimo y la tasa real positiva de tres cifras consolida un circuito donde pedir prestado castiga y prestar, a esa tasa, premia.
Las consecuencias se ven en la calle: familias que difieren consumos básicos, pymes que frenan inversiones y encadenan cheques, sectores que migran a la informalidad. La “bicicleta” desplaza a la producción: el negocio está en la timba de corto plazo, no en la economía real. El experimento libertario ordena por la fuerza del costo financiero y la recesión, mientras cae la demanda y se deteriora el empleo.
Fuente: Política Argentina