La corrida del dólar dejó su huella en las góndolas. Pese al ajuste monetario que aplicó el Gobierno para intentar contener la escalada cambiaria, los precios de los alimentos volvieron a moverse fuerte y en algunas mediciones privadas ya superaron el 3% en lo que va de agosto. Se espera que la inflación supere el 2% otra vez. La desinflación no llega.
El dato no es menor: se trata del rubro que más pesa en la canasta del INDEC y, por lo tanto, el que termina marcando el pulso de la inflación. En otras palabras, cada salto en los alimentos se traduce en un golpe directo al índice y, sobre todo, al bolsillo de los sectores más vulnerables.
La corrida del 11% no se trasladó completa a precios porque la caída de la actividad es tan grande que los comercios no tienen margen para cambiar los valores ante la falta de consumo.
Fuente: Primereando Las Noticias