El cierre de listas nacionales expuso una jugada letal de Karina Milei contra Patricia Bullrich. La hermana presidencial la humilló públicamente al vetarle cuatro candidatos clave, la obligó a dejar el Ministerio de Seguridad y terminó de correrla de la mesa chica del poder.
Bullrich, que hasta ahora era la principal carta electoral del gobierno para octubre, solo logró colar un diputado en Provincia y otro en Capital. Demasiado poco para quien venía posicionándose como la dirigente libertaria con mejor imagen después de Javier Milei.
Karina fue implacable: la sacó de Seguridad, desplazó a Luis Petri de Defensa y dejó afuera del Congreso a Pablo Walter, su principal armador político. También bloqueó a Gerardo Milman, que se quedará sin fueros, y vetó a Daniela Reich y a Felicitas Beccar Varela. Cuatro rechazos consecutivos que dejaron a la ministra en ridículo y sin margen de maniobra.
La explicación fue política: Karina busca vaciar de poder a Patricia porque la ve como una amenaza real para las presidenciales de 2027 pudiendo generar un cisma al interior de la derecha. La ministra, con estructura propia y mediciones apenas dos puntos por debajo de Milei, se había convertido en una alternativa de recambio en caso de que el proyecto libertario se desgaste.
Ni siquiera su condición de “cara fuerte” para las legislativas la salvó. “Patricia negoció muy mal y no supo usar el peso que debería tener como principal candidata del gobierno”, reconocieron en su propio entorno.
En los hechos, Karina trituró a Bullrich: le sacó poder en el gabinete, le cerró las listas y la aisló políticamente. El mensaje es claro: la hermana presidencial no está dispuesta a permitir que otra figura, por más aliada que sea, dispute el liderazgo de su hermano de cara al 2027.
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