Milei prioriza controlar el dólar y sacrifica el nivel de actividad y consumo

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La semana cerró con un tipo de cambio de comportamiento ambiguo. Si bien la cotización oficial retrocedió -0,5% en el análisis general, la primera baja semanal tras más de un mes, cierto es que cerró al alza tanto el jueves como el viernes, lo cual impide hablar de amesetamiento y mucho menos de tendencia a la baja. Por lo pronto, la divisa norteamericana se consolida en torno a los $1.300 ¿es este el techo o el piso de la cotización? Muy pronto para saberlo. Lo que si conocemos son las medidas que implementó el equipo económico en busca de anclar la cotización.

El objetivo del gobierno es evidente: privilegiar la desaceleración de la inflación, para lo cual dominar el valor del dólar es su leitmotiv. Para ello implementaron una batería de medidas que van desde la elevación de la tasa de crédito hasta baja de retenciones. Es decir, medidas que buscan impactar tanto en la oferta de dólares como en el desaliento a la demanda en un contexto electoral, por tanto, de gran apetito dolarizador.

Supertasas para frenar al dólar

Tras la fallida estrategia del equipo económico para que los bancos cambien LEFIs por LECAPs (un instrumento más inestable), esto hizo que la tasa bajara por exceso de pesos, que luego buscaron dolarizarse. La consecuencia, la suba del dólar que vimos las semanas anteriores. Frente a esto, la reacción del gobierno fue la de darle a los bancos mayor tasa para “enjaular” los pesos y restar demanda a la divisa norteamericana.

Ahora bien, dado que la tasa de estos instrumentos que rige a todo el sistema financiero (crédito, depósito, tarjetas de crédito, etc.) se mostró inestable en las últimas semanas, nos preguntamos qué pasará a futuro. Para Carlos Pérez, director de la consultora Fundación Capital, hubo de parte del gobierno “una subestimación inicial de la liquidez de pesos” del desarme de las LEFIs que luego corrigieron con “sobrerreacción”.  

Al ser consultado por LNM, Pérez, ex funcionario del Banco Central, destacó que más allá del “bolsón de liquidez” consecuencia del desarme fallido de las LEFIs, el objetivo del gobierno es mantener “una liquidez de pesos ajustada”. Eso quiere decir que “la tasa de interés va a ser real positiva”, lo que significa que irá descendiendo “de manera más lenta de lo que viene bajando la inflación”.

El gobierno deberá evitar las tasas demasiado elevadas

 Para este consultor, la volatilidad de la tasa que se vio la semana anterior fue algo “transitorio y no buscado”. Por tanto, el escenario probable a futuro será el de tasas por arriba de la inflación, pero “el gobierno deberá evitar los excesos”. Por esto se entiende tasas demasiado elevadas.

En efecto, con un paquete de medidas contractivas para el circulante de pesos que van desde no emisión monetaria, tasa de interés alta, no homologación de paritarias arriba del 1%, más la intervención en el mercado de dólar futuro buscan cambiar las expectativas respecto al tipo de cambio. Para el director de Fundación Capital, el gobierno trabajará para que permanezca la cotización de $1.300 hasta las elecciones. Aunque las probabilidades de que esto no ocurra y que el tipo de cambio escale a $1.400 “están repartidas”. No obstante, desde la consultora no ven un escenario de corrida, sí de tensiones, porque el Central tiene poder de fuego para intervenir.

La actividad sufre la suba del costo de financiamiento

La contracara de la tasa de interés elevada se advierte en el nivel de actividad y consumo. Es sabido que la economía del gobierno anarcolibertario tiene dos velocidades, en el consumo cae la demanda de bienes de primera necesidad, a la par que crecen las compras de bienes durables y 0km. Estos últimos apalancados por acceso al financiamiento bancario. Ahora bien, es de esperar que la suba de la tasa de interés le ponga un freno al calentamiento de esta demanda.

Mientras que por el lado de la actividad también se observan realidades heterogéneas. Por un lado, en el bando de los ganadores se destacan: sector financiero, energía, minería, petróleo y parte del agro. Sectores capital intensivos, es decir, requieren más inversión en maquinaria o infraestructura que en mano de obra. Por otro lado, los sectores perdedores (construcción, comercio e industria manufacturera) son los que explican la mitad de los puestos de trabajo registrados del sector privado.

Menos retenciones, más exportaciones, pero menos recaudación

Asimismo, en busca de que la oferta de dólares no mengue más de la cuenta se anunció recientemente una baja de las retenciones para las exportaciones de carne, soja y otros granos. Si bien la medida apunta a no secarse de dólares a la espera de las exportaciones de la próxima cosecha fina, no es inocua en términos fiscales. Vale preguntarse cuánto impactará en la recaudación justo en un período en que el ingreso del IVA baja por amesetameinto de la actividad y frente a un paquete fiscal intensivo pretendido por el parlamento.

¿Qué esperar para las próximas semanas?

Será determinante lo que ocurra con los próximos vencimientos que debe enfrentar el Tesoro. Este punto es clave ya que vencen diferentes instrumentos que el equipo económico licitó anteriormente para controlar la liquidez de pesos en el sistema. Según evaluaciones de diferentes consultoras se estima que las letras que vencen en los próximos meses tienen un valor mayor a los 40 billones de pesos. 

De lo anterior se desprende que de obtener el Tesoro un nivel de renovación bajo de esos instrumentos, habrá más pesos libres que buscarán dolarizarse, presionando sobre el tipo de cambio. Con lo cual, en la medida en que se renueve la mayor cantidad de esos instrumentos menos demanda habrá sobre el dólar. En efecto, todo hace pensar que la tasa elevada se mantendrá mientras exista esta amenaza de pesos.  

Fuente: La Nueva Mañana

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