En el día del paso a la inmortalidad de la compañera EVITA, y adhiriéndome a todos los homenajes a la que mejor interpretó a los humildes de la Patria, sigo su ejemplo y trabajo en mi prédica señalando a quienes traicionan a la Patria y a los extranjeros que pretenden quedarse con la Argentina.
En junio ppdo., el juez Alejandro Slokar, Presidente de la Cámara de Casación Penal y uno de los fundadores de la Asociación Civil Justicia legítima, expresó, que “si la justicia llega tarde no es justicia” y, “si llega antes, sin garantías, es persecución”.
Refiriéndose a Cristina Fernández de Kirchner, dijo que “la inhabilitación judicial de Candidatos incide directamente en la competencia democrática”.
“Confundir una sentencia con un resultado electoral” -añadió-, “es una forma sutil pero bastante efectiva de antidemocracia”.
Y en la actualidad aparece un nuevo personaje, Peter Lamelas, aspirante a embajador de EEUU en la Argentina, quien hizo una exposición ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, paso previo a que se vote su designación.
Este sujeto no hizo más que repetir lo que hace norteamérica en todo los países del mundo: aplicar la doctrina de la superioridad sobre los demás y, en este caso, descubre lo que tienen por costumbre, o sea, utilizar la fuerza para obtener sus objetivos.
Así, afirma que viajará por toda la Argentina para respaldar al gobierno del topo, asegurando que le hará ganar las elecciones en octubre sobre los peronistas e izquierdistas (sus enemigos). Y que dialogará con los gobernadores, vigilando que no hagan acuerdos con los chinos “ya que puede prestarse a la corrupción”.
Se quejó de la detención domiciliaria de CFK y se atrevió a deslizarle responsabilidad en la muerte del Fiscal Alberto Nisman y sobre encubrimiento en el atentado de la AMIA..
Respecto de Malvinas dijo que EEUU no reconoce la soberanía argentina y que ambos países deben aliarse para luchar contra los actores del mal (Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Irán) para garantizar la estabilidad regional.
La embajada China en un comunicado le aconsejó que “no vea en China un espejo que refleja nada más que su propia lógica hegemónica” y manifestó que “China mantiene intercambios con los gobiernos latinoamericanos basados en el respeto mutuo, los principios de igualdad, beneficio y ganancia compartida, sin buscar esferas de influencia ni intereses geopolíticos, ni apuntando contra terceros”.
Seguramente el topo recibirá con los brazos abiertos a este aprendiz de interventor. El gobierno argentino no debe aceptar las cartas credenciales de este sujeto por su absurda intromisión en los asuntos internos de la República Argentina.
Los partidos políticos y organizaciones sociales deben reclamar -y ya lo están haciendo-, ante el gobierno de EEUU por faltarnos el respeto al enviarnos un sujeto como Peter Lamelas, y expresar ante el mundo la actitud de este personaje que pretende constituirse en Fiscal de todo lo que sucede en Argentina y que sincera la cara con que acostumbra a presentarse el país del norte.
Es momento de definirse si vamos a aceptar que este sujeto actúe impunemente contrariando todas las funciones que corresponden a un embajador.
Si pensamos que este proceder viola los principios democráticos, si falta el respeto a nuestras instituciones y al pueblo argentino, si interfiere en su autodeterminación, entonces es hora de tomar la iniciativa y devolver al intruso a su país de origen, para que vaya a estudiar relaciones públicas y a hacer un curso intensivo en el servicio exterior.
La disyuntiva es Patria sí, Colonia nó.
Debemos responder con dignidad hacia los avances del imperialismo. Que nada ni nadie nos venga a imponer limitaciones a nuestra libertad, que se abstengan de pisotear nuestra soberanía nacional y que, si a cambio de una deuda prefabricada debemos aceptar imposiciones, sepan que honraremos ese compromiso -siempre y cuando sea legítimo-, privilegiando la deuda social que tenemos con nuestros nacionales. O sea, no vamos a pagar antes que satisfacer las necesidades prioritarias del pueblo.
Si a pesar de todo esto, el PEN acepta las cartas credenciales de este sujeto, corresponde, una vez más, que el Parlamento active el juicio político contra el topo que reniega de su nacionalidad y se somete ante la prepotencia de la sinarquía internacional.
Por Elena Marta Curone
