ยกEl hijueputa ya cayรณ!”, gritaban todos ese mediodรญa. Varios saltaban de alegrรญa y algunos se abrazaban.
Los periodistas y reporteros grรกficos estรกbamos en Choluteca, al sur de Honduras, cerca de la frontera con Nicaragua. Escuchรกbamos las noticias por radio.
El Frente Sandinista avanzaba hacia Managua. Los guardias nacionales huรญan o se rendรญan. La dictadura de Anastasio Somoza โya sin el apoyo del presidente James Carterโ se desplomaba despuรฉs de doce aรฑos en el poder, sin contar las casi dos dรฉcadas de tiranรญa de su padre.
Yo vivรญa en Tegucigalpa y era corresponsal del diario El Dรญa y el noticiero de Canal 13 de Mรฉxico.
En esa รฉpoca no habรญa celulares. Con mucha dificultad logrรฉ comunicarme con el canal desde una cabina pรบblica de Choluteca y avisรฉ que nos lanzarรญamos en tres o cuatro vehรญculos hacia el paso fronterizo de El Guasaule para entrar a territorio nicaragรผense.
Calculรกbamos que en cuatro o cinco horas llegarรญamos a Managua. Tardamos casi diez.
Tras unas cuantas peripecias, demoras por escaramuzas entre insurgentes y guardias, prohibiciones para avanzar y equivocaciones de ruta, entramos esa noche a una caรณtica ciudad en ruinas.
No conocรญa Managua, no tenรญa telรฉfono, no conseguรญ acceso a un tรฉlex. Y no me importรณ: estaba viviendo un acontecimiento histรณrico.
Pasamos la noche en los coches, ocultos tras los escombros de un edificio cercano al hotel Intercontinental, cansados y con hambre, con el fondo sonoro de disparos aislados e insultos a los gritos que se escuchaban a lo lejos.
Aclarรณ y fue una algarabรญa en las calles. El amanecer habรญa dejado de ser una tentaciรณn. Desde entonces, el triunfal 19 de julio se conoce y se celebra en Nicaragua como el Dรญa de la Alegrรญa.
Logramos desayunar algo, despuรฉs de rogar bastante, en un hotelito llamado Siete Mares, propiedad de un matrimonio chino, y les compramos varias botellas de ron Flor de Caรฑa.
Regresรฉ a Honduras cuatro dรญas despuรฉs, con la misma ropa y sin haberme baรฑado, justo cuando Valeria โmi primera hijaโ cumplรญa un aรฑo. Y para mรญ ese fue otro acontecimiento histรณrico, un Dรญa de la Alegrรญa que vivรญ en Tegucigalpa.
Por Robertp Bardini