El topo viajó el 5 de julio a Resistencia (Chaco), donde pronunció un discurso al término del congreso de la Iglesia Cristiana Internacional, que sesionó en el nuevo mega templo “El Portal del Cielo”.
Se refirió a la batalla cultural como forma de combatir por las ideas de la libertad contra lo que promueve la izquierda y la justicia social del peronismo.
En un mensaje que pretendió hasta ser político, mezcló las sagradas escrituras cristianas con la Torá y dijo que hay que tener cuidado porque hay gente que provoca para hacer parecer una contravención como un delito para llegar al Estado represor.
Insistió en que el Estado es la representación del demonio en la tierra y que cada vez que avanza hay más pobreza, más miseria, más calamidades.
Y con respecto a la justicia social expresó que es la envidia con retórica, o sea, es un pecado capital.
La nuestra reflexión es que, si el Estado es el maligno en la tierra, qué hace él usurpando las funciones de Jefe del Estado.?
Estos pronunciamientos despertaron el rechazo de muchos líderes religiosos, enojados en primer lugar por hacer un discurso partidista en el recinto religioso.
Por ejemplo, el líder de las comunidades evangélicas Norberto Saracco, Pastor de la Iglesia Cristiana de Avellaneda “Buenas Nuevas”, cofundador del Consejo de Pastores de Buenos Aires e integrante del consejo Directivo de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA).
Además de señalar que la presencia de Milei fue lamentable dijo que el topo “hizo una diatriba plagada de falsos argumentos, distorsiones maliciosas y afirmaciones totalmente contrarias a las enseñanzas del evangelio”.
Por su parte, el Pastor Walter Ghione, de Santa Fe, dijo que “la idea que el Estado es el maligno contradice no sólo la historia bíblica sino también la teología cristiana”.
Asimismo se conoció una carta firmada por la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), la Pastoral Social Evangélica y la Asociación de Iglesias Pentecostales Argentinas (AIPA).
Bajo el título “No es Moisés…es como el Faraón”, replican los dichos de Milei y denuncian lo que está ocurriendo en el país como consecuencia de sus políticas y le piden que deje de actuar “como un Faraón” y escuche al pueblo.
Lo acusan de beneficiar sólo a los poderosos y afirman que “se asemeja más al Faraón que esclavizó al pueblo de Dios”.
“Dios llamó a Moisés para liberar al pueblo del sufrimiento” y sostienen que Milei no encarna ese rol. “El Presidente no es un libertador” y cada árbol “se reconoce por sus frutos los cuales hoy reflejan un agravamiento de la situación del país”.
De un plumazo, las iglesias evangélicas, -fuerza importante en el país-, le dieron la espalda a este aprendiz de brujo que insiste con sus mentiras y su odio para con una entidad que le da de comer a él y a su hermana y, con sujeción morbosa hacia todo lo extranjero, en especial, anglosajón.
Su desagradable presencia en el Chaco sólo sirvió para lograr el rechazo de miles de creyentes y, a la vez, ciudadanos, que votarán en las próximas elecciones.
Si leyó tanto las escrituras debió aprender lo que es el amor al prójimo y a hacer justicia social para con los más necesitados.
Por Elena Marta Curone
