Rusia está reescribiendo las reglas de la disuasión estratégica sin recurrir a la escalada nuclear, sino con “algo más silencioso, más sutil y potencialmente igual de decisivo”: el nuevo misil balístico ruso Oréshnik, afirma Dmitri Kórnev, fundador del portal especializado ruso Military Russia, en un artículo para RT.
Primer uso
El primer uso en condiciones de combate de esta novedosa arma tuvo lugar el 21 de noviembre de 2024, cuando “una bola de fuego cruzó el cielo” y destruyó con una “explosión precisa, profunda y aparentemente silenciosa” la planta ucraniana de Yuzhmash: uno de los mayores complejos industriales conocidos desde la época de la Unión Soviética, que hoy produce tecnología de misiles y otras armas para el régimen de Kiev en la ciudad de Dnepropetrovsk.
Las imágenes del ataque —efectuado en respuesta al uso de armas estadounidenses y británicas de largo alcance contra la provincia rusa de Kursk— rápidamente se viralizaron a nivel mundial, creando una ola de interrogantes acerca del arma utilizada.
A las pocas horas, el presidente ruso, Vladímir Putin, explicó que se trató del nuevo misil balístico Oréshnik.
“Se probó en condiciones de combate uno de los sistemas rusos de misiles de alcance intermedio más novedosos. En este caso, con un misil balístico en un equipo hipersónico no nuclear“, anunció Putin.
Asimismo, el mandatario enfatizó que actualmente no existen medios para contrarrestar al Oréshnik: “Los misiles atacan objetivos a una velocidad de Mach 10, de 2,5 a 3 kilómetros por segundo. Los modernos sistemas de defensa aérea disponibles en el mundo y el sistema de defensa antimisiles creado por los estadounidenses en Europa no interceptan estos misiles. Esto es imposible”.
Cómo funciona
El misil que impactó Yuzhmash “no dejó rastros de destrucción ni un perímetro aplanado”, sino “una zona de impacto estrecha, un colapso estructural bajo el nivel del suelo y una disrupción superficial casi quirúrgica“, escribe Kórnev.
“No fue la magnitud de la destrucción lo que sobresalió, sino su forma. Esta señal apuntaba a algo nuevo”, destaca el experto, detallando que, según los datos disponibles, el Oréshnik lleva una ojiva penetrante de tipo racimo, probablemente compuesta por múltiples submuniciones de alta densidad.
“La detonación se produce solo después de que la carga útil se introduce en su objetivo, un diseño especializado para maximizar el daño interno en infraestructuras militares reforzadas”, indica.
Según afirmó el presidente ruso, las ojivas del Oréshnik son capaces de resistir la temperatura del Sol.
“Para resistir dicho calor y mantenerse estable a velocidad terminal, la carga útil debería estar revestida con materiales compuestos avanzados, probablemente basados en los recientes avances en cerámicas resistentes al calor y estructuras de carbono-carbono utilizadas en vehículos de planeo hipersónicos”, explica Kórnev.
Una de las características más destacadas del Oréshnik es su capacidad para mantener una velocidad hipersónica durante la fase final del vuelo.
A diferencia de las ojivas balísticas tradicionales, que desaceleran al descender, el Oréshnik, según se informa, “mantiene velocidades superiores a Mach 10, posiblemente Mach 11, incluso en capas atmosféricas densas”, lo que le permite impactar con una enorme energía cinética, aumentando la penetración y la letalidad sin necesidad de una gran carga explosiva, resalta el experto.
Un arma no nuclear estratégica
Kórnev indica que a tales velocidades, incluso una ojiva no nuclear se convierte en un arma estratégica. “Un impacto concentrado a alta velocidad es suficiente para destruir búnkeres de mando, emplazamientos de radar o silos de misiles. La eficacia del arma no depende del radio de la explosión, sino de su precisión y alta energía. Esto la hace más difícil de detectar e interceptar“, precisa.
En consecuencia, en términos doctrinales, Oréshnik representa una nueva categoría: la del misil balístico estratégico no nuclear, ocupando un lugar entre los sistemas de ataque convencionales de largo alcance y los misiles balísticos intercontinentales nucleares.
Fuente: RT