Esta novela distópica de George Orwell popularizó, entre otros conceptos, los de Gran Hermano y la policía del pensamiento. El gobierno de Oceanía, donde se desarrolla la novela, contaba con cuatro ministerios, nombrados de forma equívoca, con referencia al doble sentido, al doble lenguaje y al doble pensar.
- El ministerio de la verdad, cuya principal misión es reescribir la historia falsificando todo lo necesario de acuerdo a la conveniencia del momento. Además es el encargado de extender la neolengua. Así este ministerio fabrica la “verdad” que es necesaria al poder.
- El ministerio de la paz está a cargo de las fuerzas armadas. Tiene como misión mantener un estado de equilibrio en la guerra permanente que se libera con Eurasia o Asia Oriental. De esta manera los recursos económicos se destinan al conflicto perpetuo manteniendo sojuzgada a la población.
- El ministerio de la abundancia planifica la economía según los lineamientos del partido, racionando alimentos y bienes de consumo. La economía es fundamental para sostener la producción de suministros de guerra. Se generan informes de aumento de producción falsos. Se organizan loterías que nunca reparten premios.
- El ministerio del amor reafirma los sentimientos de lealtad y amor hacia el Gran Hermano mediante el miedo, la tortura y el lavado de cerebro.
Si bien la novela distópica de Orwell es una obra de ficción podemos encontrar un alarmante paralelo en nuestra realidad cotidiana, comenzando con las falacias del lenguaje: el gobierno que defiende la libertad recurre sistemáticamente a la represión para evitar la libre expresión de ideas y reclamos. Tenemos el ejemplo que los golpes que reciben los jubilados que reclaman por sus haberes.
Encontramos otro paralelo en la permanente manipulación de cifras que hace el gobierno para dibujar un éxito en la política antiinflacionaria, comenzando con aquel imaginario 17.000% al comienzo del mandato.
Afortunadamente nuestro país no está en guerra por lo que la racionalización de bienes tiene como objetivo atender a la demanda constante de acreedores. Se aportan recursos que nunca alcanzan a saldar la deuda por lo que el Ministerio de Economía (nuestro ministerio de la abundancia) mantiene un esquema económico que priva al pueblo de lo más elemental. Sin embargo existe aquí una diferencia: la lotería que se genera a través del carry trade sí reparte premios a un número reducido de beneficiarios.
La tortura y la persecución son imprescindibles para este gobierno. Su última creación ha sido la DFI en la PFA, eliminando una serie de garantías constitucionales para poner en caja las protestas y lograr la sumisión y lealtad al Gran Hermano.
No hay futuro para nuestro pueblo en la nueva Oceanía. Es imprescindible cambiar de modelo como ha propuesto CFK para el movimiento nacional. No es momento de flaquezas o abandono. La impresionante movilización del día 18 muestra que nuestro pueblo está vivo y de pie. Es necesario aglutinarse para el próximo proceso electoral y recuperar la soberanía popular.
Por Miguel Re