Policía y Prefectura desalojaron con violencia a 300 feriantes que pedían reabrir La Salada. Aplicaron el protocolo de Bullrich: gas pimienta y balas de goma contra trabajadores.
La protesta de cerca de 300 trabajadores de la feria La Salada terminó este lunes en una brutal represión por parte de efectivos de la Policía Federal y la Prefectura Naval, que actuaron bajo el protocolo antipiquetes impulsado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Los feriantes se habían concentrado por la mañana sobre Camino Negro, a la altura de Puente La Noria, para exigir el fin de la clausura judicial que desde hace más de once días les impedía trabajar. Denunciaron que el cierre del predio los dejó sin ingresos y sin respuestas claras sobre cuándo podrían retomar sus actividades.
La respuesta estatal fue inmediata y violenta: sin establecer un canal de diálogo, las fuerzas de seguridad avanzaron con gas pimienta y disparos de balas de goma para desalojar la zona, generando momentos de tensión y caos. Algunos trabajadores resultaron heridos y otros denunciaron robos y destrozos en sus pertenencias.
La clausura de la feria había sido dispuesta por la Justicia en el marco de una investigación por supuestas irregularidades en ciertos puestos, pero afectó a cientos de familias que dependen del predio para subsistir. El operativo represivo se dio mientras desde el Gobierno se insiste con la “tolerancia cero” ante cualquier manifestación que interrumpa la circulación.
El episodio reavivó las críticas al protocolo de seguridad del oficialismo, cuestionado por organizaciones sociales, sindicatos y organismos de derechos humanos que denuncian una escalada represiva frente a los crecientes reclamos populares por la crisis económica.
Fuente: Primereando Las Noticias