Un Papa argentino

francisco
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El hecho trascendente de la semana ha sido el fallecimiento del Papa Francisco. Un sacerdote que llegó al Vaticano mostrando un temperamento argentino, de corte humilde, patriota y popular.

No analizamos aquí lo estrictamente religioso pues el tema nos excede por nuestro desconocimiento. De todos modos el pontificado de Francisco trasciende el marco religioso adquiriendo un contenido profundamente humano. De los muchos aspectos que abarcó podemos destacar tres conceptos: paz, humildad y apertura.
Fueron incesantes los llamados a la paz y la solidaridad expresada con las víctimas de las guerras que se desarrollaron en el período: en la franja de Gaza, en Siria y en el Líbano. “Mis pensamientos están con el pueblo de Gaza” dijo Francisco al pedir el alto el fuego entre Israel y Hamás.
También intentó interceder para la finalización de la guerra de Ucrania.
Fomentó una apertura de la Iglesia Católica reconociendo la importancia de la dignidad humana ante todo.
Demandó solidaridad con los más pobres y vulnerables resaltando el concepto de Justicia Social. Pero además dio lugar y reclamó comprensión para las minorías sexuales. “¿Quién soy yo para juzgar?” fue la respuesta del Papa que marcó un cambio importante ante posturas tradicionales de la Iglesia. Y avanzó más permitiendo la bendición de parejas homosexuales.
La convocatoria a la rebeldía de la juventud fue otro hito importante. Hagan lío, háganse escuchar. Siempre escapando del individualismo y el hedonismo y aportando a la solidaridad. “La juventud no tiene miedo a las cosas grandes; en cambio tiene miedo de las malas y mediocres. Es la edad apta para los grandes ideales” expresó Francisco.
Su pedido de perdón a los pueblos originarios por la actuación de la Iglesia durante la conquista fue otra posición superadora. Sin duda un gesto de gran humildad que promueve la reconciliación.
También la apertura y la convocatoria al trabajo conjunto con otros credos. Fue importante su visita a Irak y el acercamiento en general al Islam.
Sin duda hay muchas más acciones destacables que serían largas de enumerar en el tiempo de esta columna. Por ejemplo su defensa del ambiente, tan agredido por la locura consumista y depredadora de los centros mundiales de poder.
¿Y qué ocurrió en la pequeña aldea? La ceguera que ha provocado la invocación al odio no nos ha permitido apreciar la circunstancia trascendental por la que pasábamos. Una oportunidad única en la historia para superar diferencias a favor de la Nación siguiendo las enseñanzas del Sumo Pontífice.
En particular el gobierno nacional actual enfrentó frontalmente al Papa cuestionando cada una de sus posiciones en pos de un ideario difuso con objetivos concretos. Cuestionando la Justicia Social, humillando a los pobres y lo particularmente expresado en el discurso de Davos. Un discurso lleno de resentimiento, acusaciones infundadas y procacidad fueron puntos de conflicto con el pensamiento de Francisco.
Una nota más, la delegación oficial del gobierno argentino a las exequias del Papa está compuesta por enemigos declarados de la política del Sumo Pontífice fallecido; van por la foto, pero eso, además de una gran vergüenza, es una ofensa a las grandes mayorías, creyentes y no creyentes.
Que el momento triste que nos toca vivir nos sirva para reflexionar acerca de las enseñanzas de Francisco. Que estas reflexiones nos lleven a la recuperación de ideales para la grandeza de la Patria y la felicidad de su pueblo.

Por Miguel Re

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