En el marco del Día del Trabajador, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, analizó el contexto en el que transcurre este nuevo 1º de mayo, a un año y medio de la asunción de Javier Milei, y aseguró que “hay que andar como las estatuas del monumento al trabajo, cinchando juntos, codo a codo, como se anduvo ayer por las calles”.
El editorial de Víctor Hugo Morales
Más que una fecha, el 1° de mayo es un símbolo. Aquella pelea de Haymarket en 1886, los condenados a muerte acusados de fomentar los disturbios –una cosa que todavía no se le ocurrió, pero denle tiempo, a Bullrich–, la lucha por el descanso dominical, por las ocho horas, las licencias, hasta una silla para sentarse hubo que conseguir luchando por derechos.
Sí, un día se consiguió la ley de una silla para poder sentarse en determinados trabajos. Una silla. Pensemos que, si no fuera por los que luchan, jamás hubiéramos conseguido algo de los amos. El amo ni siquiera nos ve. Pobre el laburante que piensa que el señor lo ve.
Como pasó hace dos días en Alberdi: una máquina se traga a un obrero y ellos quieren seguir produciendo. El problema es que una máquina se trabe, no que un hombre muera. Todos los días muere alguien.
Día para reflexionar: cómo somos, qué queremos, qué luchas faltan, dónde hemos perdido el oremus. Peor que un patrón cruel es un obrero que se traiciona.
Hay que andar como las estatuas del monumento al trabajo, cinchando juntos, codo a codo, como se anduvo ayer por las calles. Unidos, sindicalizados, con conciencia de laburante.
Ya no es el domingo libre, ni la silla para sentarse. Ahora es el salario, la mínima, la moratoria, que no te puedan echar como un perro. 1° de mayo es hoy, es mañana, es cada día, porque la lucha es para siempre.
Fuente: pAGINA 12