Según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA) el consumo de carne alcanzó el nivel más bajo en tres décadas.
Un estudio reciente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA) reveló que, a pesar de haberse recuperado la actividad económica, con una suba del 5,7% en febrero, el consumo de carne registra 16 meses consecutivos de caída, alcanzando el nivel más bajo en tres décadas.
En efecto, el consumo de carne promedio anual cayó a 47,8 kilos por habitante. En enero había sido de apenas 47 kilos, reflejando una baja interanual del 3,2%. Sin embargo, el retroceso mensual de marzo fue del 2,7%, mientras que la caída interanual llegó al 5,4%.
Es que, en un contexto de inflación persistente y salarios deteriorados, cada vez más familias reemplazan el consumo de carne por opciones más accesibles como pollo, cerdo, fideos, arroz o polenta.
De hecho, de acuerdo al relevamiento de la consultora privada NielsenIQ, los hogares argentinos están adoptando un consumo mucho más selectivo, priorizando rubros como el pollo, el cerdo y la harina.
En la misma línea, un relevamiento de la consultora Scentia registró que el consumo masivo de alimentos, bebidas y productos de limpieza acumuló una caída del 14% en marzo y del 8,5% en el primer trimestre de 2025.
Frente a este escenario, la disparada de precios también juega su papel: de acuerdo al Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el precio del roast beef pasó de $9.759 a $13.300 (36%), la carnaza común de $7.381 a $10.100 (36%), el cuadril de $12.719 a $17.500 (33%) y la paleta de $10.152 a $13.400 (32%).
De esta manera, pese a la recuperación en algunos indicadores macroeconómicos, como la suba del 90% en las ventas de autos o del 94% en las escrituras de inmuebles durante el primer trimestre, el consumo masivo continuará en picada.
El gobierno prioriza la exportación al consumo de carne local
A principios de enero de 2024, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) habilitó los procedimientos para permitir la exportación de la carne bovina, que incluyen el asado, vacío, falda, matambre, tapa de asado, nalga y paleta, denominados comúnmente como “cortes populares”.
En efecto, el 31 de diciembre de 2024 fue el último día de vigencia de las regulaciones que oportunamente estableció el anterior gobierno de Alberto Fernández, que estaban en el Decreto 911/21 y que prohibía la comercialización al exterior de los cortes populares de la carne, entre otros, con el objetivo de priorizar el consumo local.
En concreto, la medida fue tomada en 2022 por Alberto Fernández para restringir las exportaciones y poder contener los precios de los argentinos, aunque ya en mayo de 2021 cerró la venta al extranjero de la carne vacuna y luego procedió a poner en marcha un sistema de cuotificación y prohibición de determinados cortes.
Asimismo, quedará sin efecto la diferenciación para la exportación de vacas de las categorías D y E, y de toros, más conocidos como “vaca china”, animales que no se consumieron en el mercado doméstico y que forman parte del comercio asiático.
Así, con la pérdida de la vigencia del decreto que prohibía la exportación de los cortes populares de la carne para el sector, implicará un aumento en el ingreso de dólares pero podría significar un nuevo aumento para la mesa de la población.