Teología de la liberación

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La teología de la liberación es una corriente teológica cristiana integrada por varias vertientes católicas y protestantes, nacida en América Latina en la década de 1960 tras la aparición de las comunidades eclesiales de base, el Concilio Vaticano II (1962-1965) y la Conferencia Episcopal de Medellín (1968), que se caracteriza por considerar que el Evangelio exige la opción preferencial por los pobres[]​ y por recurrir a las ciencias humanas y sociales para definir las formas en que debe realizarse dicha opción.

      Los primeros en utilizar el concepto de «teología de la liberación» y en definir esta corriente fueron el teólogo presbiteriano brasileño Rubem Alves y el sacerdote católico peruano Gustavo Gutiérrez Merino, cuyos primeros trabajos sobre el tema datan de 1968 y 1969, respectivamente.

    Durante el pontificado de Francisco, ocurrió una revalorización de la teología de la liberación, luego de haber sido marginalizada en anteriores papados, que permitió su plena rehabilitación dentro de la Iglesia.

Concilio Vaticano II

       Para Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Teología de la Liberación comenzó en el Concilio Vaticano II realizado entre 1962 y 1965, con la constitución pastoral Gaudium et Spes (1965), «que contiene una nueva definición de las relaciones entre la Iglesia y el mundo. La Teología de la Liberación era una gran aplicación de este documento de la Iglesia a la situación de América Latina».[22]​ Gustavo Gutiérrez repetidamente se ha referido a Gaudium et Spes y a la encíclica Populorum Progressio como inspiradoras de sus ideas teológicas. El teólogo de Le Souchoir Marie-Dominique Chenu, ampliamente citado por Gutiérrez, como perito del Concilio Vaticano II, participó en la redacción de Gaudium et Spes.

       El 16 de noviembre de 1965, unos cuarenta sacerdotes de la Iglesia católica (entre ellos varios obispos latinoamericanos) que se encuentran en Roma participando en el Concilio Vaticano II se reúnen en las Catacumbas de Domitila para firmar un compromiso conocido como el Pacto de las catacumbas. El documento ha sido considerado uno de los antecedentes de la teología de la liberación.[24]

     La Teología de la liberación encuentra sus raíces en Argentina en 1955, muy relacionado con la reacción de los sacerdotes y creyentes católicos peronistas o vinculados a los sectores más populares, ante el golpe de Estado que derrocó al gobierno peronista ese año y la persecución dictatorial que se inició a partir de ese momento.[32]​ Ese mismo año de 1955 se crea la revista Notas de Pastoral Jocista (cerrada por decisión del Arzobispo en 1958), en la que colaboraban teólogos como Lucio Gera y Héctor Mandrioni, vinculados al peronismo y al movimiento obrero.[33]

      En 1960 en Argentina se fundó la Cooperativa Fortín Olmos, por un grupo de militantes católicos guiados por el sacerdote Arturo Paoli en la localidad de Fortín Olmos, en el norte de la Provincia de Santa Fe. Paoli está considerado como uno de los padres de la Teología de la liberación con libros como Diálogo de la liberación (1969) y ha sido uno de los referentes teológicos del papa Francisco.

       Ese mismo año de 1960 el padre Jerónimo Podestá, quien sería obispo de Avellaneda desde 1963 y luego fundador de la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados junto a su esposa Clelia Luro, forma un grupo que será conocido como «los curas obreros de Avellaneda», con sacerdotes obreros franceses de Misión de Francia -donde la corriente había sido censurada y suprimida por el papa Juan XXIII en 1959- (Pierre Burgette y el padre Olhagaray) y argentinos (Fernando Portillo, Eliseo Morales, Luciano Glabina) para trabajar como asalariados en fábricas de Avellaneda en el cordón industrial del Gran Buenos Aires. Poco después el cura obrero francés Francisco Huidobro, del grupo Misión de Francia, sería elegido delegado sindical en la fábrica en la que trabajaba en Valentín Alsina, siendo despedido en 1965 por organizar una huelga. Para la primera mitad de la década de 1960 el compromiso de los sacerdotes de base con el movimiento obrero y el peronismo se había generalizado.

       En 1966 apareció el primer número de la revista Cristianismo y Revolución, editada hasta 1971, dirigida por Juan García Elorrio hasta su muerte en circunstancias misteriosas y luego por Casiana Ahumada. A partir de 1967 la revista se vinculó con el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo y con las organizaciones guerrilleras MontonerosFuerzas Armadas Peronistas (FAR) y Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). La revista se inspiraba en el ejemplo del sacerdote guerrillero colombiano Camilo Torres.

      El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) fue fundado en 1967, al adherir al Manifiesto de los dieciocho Obispos del Tercer Mundo, liderado por el obispo brasileño Hélder Cámara. Más de cuatrocientos sacerdotes integraron el MSTM, entre ellos los padres Miguel RamondettiRodolfo RicciardelliHéctor BotánCarlos Mugica -asesinado en 1974. Entre los obispos que avalaron tácita o explícitamente el movimiento se encontraban Guillermo BolattiEnrique Angelelli -asesinado por la dictadura en 1976-, Alberto Devoto, Jerónimo Podestá, Jaime de Nevares, Adolfo Tortolo y Vicente Zaspe. En 1976 seis sacerdotes palotinos fueron asesinados por la dictadura «acusados» de pertenecer al MSTM, en lo que se conoce como la Masacre de San Patricio.

      Del seno del MSTM surgió en 1968 el movimiento de curas villeros, formado principalmente por sacerdotes activos en villas miseria y barrios obreros,[]​ en muchos casos cercanos al peronismo y en ocasiones al marxismo.[41][42]​ En este movimiento se destacó como referente el padre Carlos Mugica, asesinado en 1974 por el grupo parapolicial Triple A, considerado como mártir por el movimiento.

Teoría de la dependencia y Pedagogía del oprimido

      Diversos estudiosos destacan los vínculos de la teología de la liberación con la Teoría de la dependencia y la Pedagogía del oprimido. Las tres corrientes surgieron en América Latina más o menos al mismo tiempo y con relaciones mutuas.

         La Teoría de la dependencia es una corriente de pensamiento económico-política, surgida en el ámbito de la CEPAL, a partir de una crítica de la teoría económica del desarrollo y el subdesarrollo, que sostiene que ambas situaciones no son estadios sucesivos de un proceso continuo, sino que el subdesarrollo es una situación estructural causada por una organización injusta y desigual del sistema económico mundial, en beneficio de los países poderosos ubicados en el centro y en perjuicio de las naciones dependientes ubicadas en la periferia.

         La Pedagogía del oprimido es una corriente de pensamiento pedagógico-político surgido a partir de los trabajos del educador brasileño Paulo Freire, que sostiene que la educación, la enseñanza y la cultura están influidas por procesos, mecanismos e instituciones opresivas en perjuicio de amplias capas populares y que por lo tanto es necesario desarrollar políticas y acciones pedagógicas que contribuyan a la liberación de los oprimidos.

         En mayo de 1974 fue asesinado en Argentina el cura villero Carlos Mugica, iniciando una lista de más de cuarenta religiosos y religiosas torturados, secuestrados, asesinados o desparecidos a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, entre ellos el obispo de La Rioja Enrique Angelelli -uno de los fundadores de la teología de la liberación-, Carlos de Dios MuriasGabriel Longueville, las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y la masacre de los curas Palotinos.[]​ Estos últimos han sido designados mártires por su orden.[84]​ En 2006 Jorge Bergoglio inició los trámites de canonización de estos últimos y en 2011 del sacerdote Murias.

      Se conoce como la masacre de San Patricio al crimen perpetrado por los militares argentinos con el asesinato de tres sacerdotes y dos seminaristas palotinos el 4 de julio de 1976, durante la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, ejecutado en la iglesia de San Patricio, ubicada en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es el mayor atentado contra la Iglesia católica argentina en toda su historia.

Los religiosos asesinados fueron los sacerdotes Alfredo LeadenAlfredo Kelly y Pedro Dufau, y los seminaristas Salvador Barbeito Doval y Emilio Barletti.

Por Alejandro Franchini

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