El 2 de abril ppdo., durante la conmemoración del Día del veterano y de los caídos en la guerra de las Malvinas, el topo leyó en forma monótona un discurso lleno de inexactitudes y contradicciones. A ello sumó una posición contraria a la Política de Estado en este tema, violando la Constitución Nacional y mancillando el amor a una Causa que, con respecto a las islas, anida en el corazón de la mayoría de los argentinos.
El admirador de Thatcher y Churchill dio vía libre por su cuenta y riesgo a la AUTODETERMINACION DE LOS PUEBLOS, un principio que no puede aplicarse en este caso.
En ningún párrafo de su lamentable discurso se refirió a la invasión realizada en 1833 por el Reino Unido, durante la cual se incrustó un grupo de ingleses para administrar las islas, no obstante lo cual expresó que, una vez que seamos potencia, respetados por todo el mundo, podremos reclamar la devolución de las islas contando con la predisposición de los habitantes que seguramente querrán ser argentinos.
Las resoluciones de la ONU, han señalado claramente que la controversia entre Argentina y el Reino Unido de Inglaterra e irlanda del Norte “ES UNA DISPUTA DE SOBERANIA” y, en reiteradas oportunidades convocó a los dos países a dialogar y resolver sobre el particular.
Al referirse a la “DISPUTA DE SOBERANIA”, en ningún momento la ONU se refiere a la AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS puesto que, cuando se resuelva el diferendo, -inevitablemente el traspaso de las islas a sus legítimos dueños, la República Argentina-, se deberá respetar el modo de vida de los isleños -no sus deseos-, siempre y cuando no colisionen con los intereses argentinos.
Antes de la guerra, el Reino Unido, en diversas oportunidades, faltó a las reuniones programadas aduciendo excusas que claramente demostraron que no quería definirse sobre la cuestión que, terminaría resolviéndose a favor de nuestro país. Se trataba de la invasión realizada en 1833 por dicha potencia lo que constituyó un verdadero acto de COLONIALISMO.
El desembarco de Argentina en 1982 fue condenado por el Consejo de Seguridad de la ONU, manejado desde hace 80 años por las 5 potencias triunfantes en la segunda guerra mundial.
En reiteradas oportunidades reclamamos por la modificación de la Carta de las Naciones Unidas, estimando que es absolutamente injusto que 5 países posean el derecho al veto sobre el funcionamiento y las decisiones de los países miembros.
¿Cómo podremos obtener una resolución justa del Consejo de Seguridad si tanto EE.UU. como Inglaterra tienen el derecho al veto y, en lugar de abstenerse por ser participantes directos en la contienda, condenaron a la Argentina como país invasor?
El homenaje del 2 de abril se convirtió por parte del topo en el reconocimiento de una derrota que se pergeñó en el seno del Consejo de Seguridad, que en ningún momento señaló negativamente la participación del Reino Unido, EE.UU y la OTAN.
El topo, reducido a su condición de economista anarco capitalista trucho y sin ninguna condición para la política se manifestó como un verdadero anglófilo, como así lo señalaron los ex combatientes a quienes no se les permitió participar en el acto y que terminaron repudiándolo como TRAIDOR DE LA PATRIA.
Hacemos nuestro el comunicado de la Secretaría de Defensa del Partido Justicialista que manifiesta que:
-es preciso consolidar la presencia y proyección argentina en el área austral;
-es necesario fortalecer las capacidades de defensa y disuasión para garantizar la integridad nacional y la soberanía, conjuntamente con una diplomacia activa, sin hostilidad ni agresividad, pero con la firmeza que respalda los derechos argentinos sobre las islas.
Si no es así, la Argentina quedará a merced de las grandes potencias y será testigo pasivo del deterioro acelerado de la posición en relación a Malvinas.
Al topo, omnubilado por su ego, que se dedica a mendigar al FMI y otros organismos ayudas económicas,-para tapar la debacle que inevitablemente se producirá en el país- y que el sabe que no son desinteresadas, le recordamos que no aceptaremos sujeciones al poder central ni presiones que alteren la voluntad soberana del pueblo argentino.
A los organismos internacionales acostumbrados a dictar recetas inalcanzables por los países deudores les decimos, como lo dijimos oportunamente, que la mejor ayuda que nos pueden hacer es precisamente que no nos ayuden.
Por la incalificable actitud de gobernantes cipayos cada día nos acercamos más a la resolución de los problemas que aquejan a la argentina.
Con UNIDAD y ORGANIZACION el pueblo resolverá cuándo.
Es el principio del fin.
Por Elena Marta Curone