“Caputo se la va a volver a timbear”: fuerte resistencia interna en el FMI al préstamo que pide Milei

Caputo
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El directorio del organismo no logró alcanzar un acuerdo esta semana sobre el primer desembolso, y detrás del impasse no solo hay diferencias técnicas o fiscales, sino un creciente rechazo político a seguir apostando por un país que ya acumula una larga historia de incumplimientos. En el centro de las resistencias, una frase que se repite con creciente frecuencia en los pasillos del Fondo: “Caputo se la va a volver a timbear”.

Según fuentes al tanto de la reunión informal del board, la posición crítica fue encabezada por representantes de Europa, con el director español —bajo el gobierno de Pedro Sánchez— tomando distancia explícita del programa, al igual que las delegaciones de China, Brasil y Holanda. En off, algunos funcionarios del organismo no ocultan su desconfianza hacia el ministro de Economía argentino, Luis “Toto” Caputo, a quien responsabilizan por el manejo de los fondos del acuerdo anterior durante la gestión de Mauricio Macri.

“La experiencia no fue buena, y nada indica que esta vez será diferente”, deslizó con ironía un técnico europeo. “Estamos financiando el ajuste más brutal en décadas, sin garantías claras sobre cómo se van a usar los recursos”.

Sin respaldo de Trump y con frentes abiertos por todos lados

El Gobierno argentino confiaba en el respaldo de Donald Trump, quien con su retorno a la Casa Blanca volvió a tener peso clave en el FMI como principal accionista. Sin embargo, la jugada no salió como esperaba Milei: su viaje a Mar-a-Lago en busca de una foto con el expresidente fue un fracaso rotundo. No hubo encuentro, ni imagen, ni gesto de apoyo. Solo un frío vacío que dejó al libertario expuesto y debilitado ante el staff del Fondo.

Para empeorar el cuadro, el propio enviado de Trump para América Latina, Mauricio Claver-Carone, le impuso condiciones durísimas: si Milei quiere apoyo norteamericano en el Fondo, debe romper definitivamente con Chinacancelar el swap por USD 17.000 millones y subordinarse definitiva e incondicionalmente a Washington. Un planteo que, lejos de tranquilizar al FMI, introduce un nuevo frente de conflicto geopolítico, justo cuando Trump acaba de agitar el tablero global con aranceles generalizados y un giro proteccionista que alarma a Europa y Asia.

Un Fondo dividido, sin conducción y con muchas dudas

El escenario en el FMI es de máxima confusión. Estados Unidos, que históricamente marcaba el rumbo, hoy está sin representación formal en el directorio. No hay director designado, ni cuadros técnicos que ordenen las negociaciones. “Hay un vacío. Nada funciona sin un ordenador, y en este momento no hay un ordenador en ningún lado”, confió al portal LPO un funcionario de carrera del organismo.

Kristalina Georgieva, presidenta del Fondo, tampoco esquivó las críticas a la política de Trump, y alertó que sus medidas comerciales representan un “riesgo significativo” para la economía mundial. En ese clima de tensión, la reunión del miércoles pasado en Washington fue, según Bloomberg, “áspera”. La discusión central giró en torno al monto del préstamo. Y la conclusión, seca y tajante: “No hubo acuerdo”.

Mientras tanto, en Buenos Aires, la situación empeora. El dólar paralelo sube, los bonos caen y el riesgo país roza los 950 puntos. El Banco Central sigue malvendiendo reservas que no tiene, y Caputo espera señales que no llegan. En el FMI, la resistencia crece. Y la sensación de que esta película ya se vio —y terminó mal— se hace cada vez más fuerte.

Fuente: Primereando las Noticias

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